Aún restan muchas cosas que decir sobre las elecciones andaluzas, que han propiciado un revolcón histórico a los socialistas y han aupado a la derecha y el franquismo a la victoria electoral. Ahora todos son lamentos, fundamentalmente en el PSOE, que despidió desde las diferentes comandancias andaluzas a guardias civiles y policías nacionales para actuar con una virulencia nunca vista antes contra personas indefensas que simplemente querían votar en el referéndum del 1 de octubre. De aquel A por ellos y del apoyo acrítico al discurso del Rey del 3 de octubre vienen parte de los problemas de la sociedad andaluza. ¿Alguien pensaba que iba a salir gratis el franquismo resucitado por los malabaristas de la transición española? Pues ahí está: Vox, 12 diputados. La derecha del aznarismo (PP), Rivera como representante del pensamiento joseantoniano (Cs) y Abascal liderando la formación franquista (Vox) tienen una sólida mayoría en el Parlamento andaluz. Solo hace falta ver qué hacen con ella.
Pero habrá muchos días para hablar de Andalucía y de la incompetencia de los partidos del sistema. Hoy, mi artículo quiere detenerse en los dos nuevos miembros del Govern destituido por Mariano Rajoy que han iniciado una huelga de hambre indefinida. Se trata de Joaquim Forn y Josep Rull con quienes, unidos a Jordi Sànchez y Jordi Turull ―que la empezaron el sábado―, ya suman cuatro los presos políticos de Lledoners en huelga de hambre. Sànchez, Turull y Rull son, además, actualmente diputados de la XII legislatura del Parlament de Catalunya ya que no han renunciado al escaño. Es una situación realmente excepcional, tanto en el plano político como en el humano. Es una respuesta inhabitual en un estado democrático y que se precie de su sistema judicial. España ha dejado de estar para muchos entre estos estados a raíz de la causa general contra el independentismo catalán. Hay en todos ellos una pulsión gandhiana de protesta civil ante una gran injusticia por parte del TC que tiene bloqueados ¡desde hace un año! sus recursos. ¿Qué hizo Mahatma Gandhi? Un total de 17 huelgas de hambre de entre 7 y 24 días cada una.
El centro penitenciario de Lledoners era hasta ahora tan solo una prisión. Una cárcel donde injustamente están recluidos los siete presos políticos catalanes después de una instrucción de la causa penal por parte del Tribunal Supremo que no se sostiene en ninguno de sus relatos y que dista mucho de ajustarse a lo que sucedió aquellos días. Una situación igual de injusta que la que soportan en otros dos centros penitenciarios Carme Forcadell y Dolors Bassa. Los presos en huelga de hambre tienen hoy el reconocimiento, el apoyo y la solidaridad de una masa ingente de catalanes que se sienten ideológicamente próximos pero también de muchos otros de las ideologías más diversas. En público, las cosas son en blanco y negro; en privado, los grises también abundan.
Qué enorme paradoja: la dignidad de Lledoners, de Mas d'Enric y Puig de les Basses, frente al aterrizaje de Vox en el Parlamento de Andalucía. Los que tan solo daban a su pueblo la oportunidad de votar frente a los que animaban a aquellos que, porra en mano, causaban más de un millar de heridos. Los defensores de la democracia frente a los que quieren acabar con ella. Todo ello en dos imágenes.