Una noticia trágica en la carretera N-II, a su paso por el término municipal de Mataró, nos despertaba este miércoles con el aviso de que dos personas habían muerto en un grave accidente de tráfico en que se habían visto implicadas una moto, un patinete eléctrico y un coche. Las informaciones hablan de que la moto y el patinete eléctrico habrían chocado cuando este último dio un giro para cruzar la carretera y el conductor de la motocicleta cayó a la calzada y un vehículo que venía por detrás no tuvo tiempo de esquivarlo y lo atropelló. Del resultado del accidente, el conductor de la motocicleta y el del patinete murieron. El informe final de los Mossos d'Esquadra delimitará las responsabilidades de cada uno, pero hay un hecho incuestionable del que hace tiempo que alerta el Reial Automòbil Club de Catalunya (RACC): los Vehículos de Movilidad Personal (VMP), y más concretamente los patinetes eléctricos, son una nueva y preocupante realidad en la movilidad, ya que la legislación está incompleta o se está desarrollando.

Ello comporta, por ejemplo, en la ciudad de Barcelona, un suspenso general respecto a su funcionamiento, con datos muy alarmantes: el 74% de los usuarios de patinetes circula por la acera, lo cual está prohibido excepto cuando tiene habilitado un carril bici; y el 61% admite saltarse los semáforos en rojo. Además, un 12% de conductores tiene el patinete trucado para ir más deprisa, el 83% no dispone de seguro en caso de accidente, un 18% reconoce haber sido multado y un 20% desconoce el código de circulación. Aunque la velocidad máxima por diseño está comprendida entre los 6 y los 25 km/h todos tenemos a diario ejemplos de patinetes que circulan con enorme imprudencia siendo un peligro para los peatones, que, al paso que vamos, no podrán salir de casa sin casco, ya que los riesgos en el espacio público que comporta la movilidad de todo tipo de vehículos acaba siendo una fuente de problemas. El caso más grave son, sin duda, las aceras, por las que ya no solo es que circulen motos o bicicletas que las utilizan como atajo para una maniobra prohibida sino los patinetes que se apropian de ellas, invaden impunemente el espacio peatonal y nunca se sabe por qué lado van a acabar saliendo.

Los patinetes eléctricos han originado un grave problema de seguridad vial y es perentorio corregirlo y evitar que se descontrole

El caso de Mataró no es exactamente igual, porque aunque el trágico accidente ha sucedido en su término municipal, ha sido en la carretera N-II, pero mantiene una similitud fundamental. La improvisación, el abuso del espacio público y una cierta impunidad. Y es que un patinete eléctrico no es ni una bicicleta, ni una moto. No pueden circular por las aceras y tienen prohibido hacerlo también en vías interurbanas, travesías, autopistas, autovías o túneles urbanos. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), los conductores tampoco pueden llevar auriculares puestos, ni hacer uso del móvil o cualquier otro dispositivo mientras van conduciendo. Es obvio que muchos aspectos de toda esta normativa son, en realidad, un brindis al sol, ya que no se respeta en muchos casos, ni la Guardia Urbana aplica las sanciones correspondientes. Lo mismo sucede con la obligación de los conductores de VMP de utilizar casco de protección, en los términos reglamentarios que se determine. En la práctica acaba sucediendo lo que ya pasaba en los inicios de la legislación obligatoria de casco en moto o motocicleta: que se demoró mucho tiempo antes de su aplicación definitiva.

No hace falta extenderse mucho más, ya que los ejemplos son muchos y variados. Es urgente e importante que se adopten las medidas adecuadas para acabar con la impunidad actual con que se cometen imprudencias de todo tipo y con un mercado que se ha disparado. Actualmente, se cifra en más de 5 millones de unidades en uso los patinetes eléctricos en España, un boom que se ha producido en muy poco tiempo, a raíz de la pandemia del coronavirus. O sea, en los últimos cuatro años. No es suficiente un programa piloto de formación, ni el hecho de que el patinete eléctrico, para mucha gente, aún sea considerado un vehículo menor. Es un vehículo peligroso que —incluso a la velocidad permitida— acaba ocasionando, en casos de accidentes, lesiones mayoritariamente leves, pero muchas de ellas también muy graves. Los patinetes han originado un grave problema de seguridad vial y es perentorio corregirlo y evitar que se descontrole. Por el bien de todos.