De la exhaustiva encuesta que ha publicado el Centre d'Estudis d'Opinió —el CIS catalán— hay un gráfico que me ha llamado poderosamente la atención: ninguno de los partidos con representación en el Parlament de Catalunya está capacitado para resolver las cuatro materias políticas centrales sobre las que se pregunta a los ciudadanos. En todas ellas, la respuesta que obtiene más votos es "ninguno", en porcentajes que se acercan o superan al 35% y casi siempre es por el doble o más que el partido que aparece mejor posicionado para solucionarlo. Aunque ya entraré en ello más adelante con un mayor detalle, el dato es de por sí preocupante, ya que demuestra un enorme alejamiento entre la clase política y la calle, entre los discursos y la realidad.

Veamos. Las cuatro preguntas sobre qué partido está más capacitado para resolver determinadas materias políticas son las siguientes: impulsar el crecimiento económico, mantener el orden y la seguridad pública, resolver la pobreza y las desigualdades sociales y tratar las relaciones Catalunya-España. Respecto a la primera cuestión, el 35% considera que ninguno, el 21% no lo sabe, el 15% cita al PSC, el 11% a Junts y el 6% a Esquerra. O sea, el 56%, más de la mitad de los catalanes, están entre ninguno y no lo sabe, y entre los tres principales partidos del arco parlamentario que suman 96 de 135 diputados en la cámara legislativa catalana —bastante más de dos tercios—, no llegan a poder competir con el 35% de ninguno y se quedan en el 32%.

Vayamos a la segunda pregunta, que se refiere al orden y la seguridad. El 36% afirma que ningún partido está capacitado para gestionarlo y el 22% que no lo sabe. En este caso, la suma de los que no creen o no saben que la solución puede llegar por alguno de los principales partidos catalanes escala al 58%. En este apartado, ni los cuatro principales partidos —se añade el PP— llegan a este porcentaje y se quedan en el 33%. Cuando se pregunta a los encuestados sobre la pobreza en Catalunya y la capacidad de los partidos para solucionarla, las opciones son igual de negativas, aunque ligeramente diferentes. El 37% dice que ninguno y el 18% que no lo sabe, y la suma de PSC, Junts, ERC y los Comunes, en este caso, también está por debajo (34%) de los de ninguno.

El 35% de los catalanes no ve a ningún partido capaz de impulsar el crecimiento económico y el 21% desconoce cuál podría hacerlo

Vamos a la última pregunta, sobre las relaciones entre Catalunya y España. En esta cuestión, el porcentaje de los que no ven ningún partido capacitado para gestionarlas es del 33% y el de no lo sabe se sitúa en el 18%. Aquí sí que la suma de los tres principales partidos (39%) supera a los de ninguno.

Con este esquema, es muy difícil superar la participación del 55,31% de electores que votaron en las elecciones catalanas del pasado mes de mayo y que fue la segunda más baja desde 2010, solo superada por las de 2021, en plena pandemia, en las que la participación se hundió al 51,29%. Es obvio, por todos estos datos, que la posición de los partidos independentistas no ha remontado, y en las cuatro preguntas que en este apartado del barómetro del CEO se formulan, el partido mejor posicionado es el PSC.

Se dice siempre y es verdad, que las encuestas son, como mucho, una foto en un momento dado y la legislatura catalana no ha hecho más que arrancar. Por eso, considero mucho menos importantes a estas alturas las previsiones de voto si hubiera ahora elecciones. En cambio, sí que debería preocupar a Junts, como alternativa de gobierno y principal partido de la oposición, que en las cuatro preguntas el PSC esté bastante por delante, ya que tres de ellas —quizás no la de reducir la pobreza y las desigualdades sociales— son estratégicas para su segmento electoral, sin restar importancia, ni mucho menos, a la cuarta. Un hipotético vuelco electoral solo podrá llegar a producirse cuando estas métricas sean diferentes y el electorado vea a Junts de manera bastante diferente a como lo percibe actualmente.