Ha ordenado la Junta Electoral Provincial de Barcelona a la Corporació Catalana de Mitjans de Comunicació, o sea, a TV3 y Catalunya Ràdio, que no utilice las expresiones exilio y exiliados cuando se refiera al exilio y a los exiliados. Es una cierta incongruencia, claro está. Porque todos los espectadores de la cadena pública de televisión catalana y los oyentes de la radio saben perfectamente que son exiliados y que viven en el exilio. Se podrá no decir, pero después de casi siete años, algunos, otros menos tiempo y algunos más unos pocos meses residiendo en el extranjero, la decisión de la Junta Electoral a petición de Ciudadanos tiene más vocación de ocupar algún titular o que nos fijemos en lo que hacen algunos que de resultado real. A falta de votos y con las encuestas presagiando lo peor, les sigue quedando el espectáculo, del que siempre han sido grandes profesionales.
Anclados en la Catalunya del pasado, necesitan vivir de esa bandera, ya que las demás las han ido perdiendo. No sé yo cómo va a seguir esa instrucción la Junta Electoral. Entiendo que les incomoda que se hable de exiliados y exilios, pero la vida no es como les gustaría a ellos, sino como acaba siendo. Y es que vemos a diario como periodistas, políticos, empresarios, de Catalunya y de Madrid, viajan al extranjero para entrevistarse con representantes de Junts y de Esquerra. La campaña del partido de Puigdemont se realizará en la Catalunya Nord, porque su líder, Carles Puigdemont, no puede cruzar la frontera. Esquerra Republicana ha anunciado un gran acto en Ginebra con su secretaria general, Marta Rovira, y el diputado Ruben Wagensberg, exiliado desde enero en Suiza por la causa de Tsunami Democràtic y que forma parte de las listas del partido por Barcelona. Participarán también el president, Pere Aragonès, y el presidente del partido, Oriol Junqueras.
Dudo mucho que los espectadores y oyentes que se informen a través de TV3 y Catalunya Ràdio de dichos actos electorales necesiten que se les explique que se hacen fuera de Catalunya porque sus protagonistas no pueden volver sin ser detenidos. Y eso tiene un nombre. Entiendo que sea incómodo, pero no hay otro. Tienen que correr con la vergüenza de lo que ellos han provocado y que, con el tiempo, ha ido causando un gran estupor internacional. ¿Cómo no iba a aprobarse una ley de amnistía si hasta el presidente del Gobierno ha tenido que dar explicaciones en algún Consejo Europeo, el secretario de organización de su partido ha tenido que reunirse en varias ocasiones en Bruselas con Puigdemont para cerrar la investidura y el presidente del PP ha intentado mantener una línea de negociación con el president en exilio?
La Junta Electoral ataca gravemente las libertades de expresión e información ya que obliga a los profesionales de los medios a renunciar a la verdad
La intervención de la Junta Electoral es también un grave ataque a las libertades de expresión e información, ya que obliga a los profesionales de los medios públicos catalanes a renunciar a decir la verdad. Seguramente, para ellos, esa no es la verdad, y a los exiliados se les tendría que tildar de prófugos o cualquier otro calificativo. No veremos en otras televisiones, donde se utiliza este lenguaje con mucha profusión, que sea corregido. Yo, por lo que pueda servir, no pienso hacerles el juego y si surge el tema, hablaré de lo que son todos ellos: exiliados. Y nadie me podrá obligar a que diga que están de vacaciones cuando están en el exilio. Y si hay algún tertuliano que dice lo contrario, con mucho gusto le rebatiré hasta donde sepa. Porque, con el tiempo, se construyen zonas de grises, pero el color blanco no acabará siendo nunca el color negro. Por más que se empeñen.