Es realmente esperpéntico lo que está sucediendo con la candidatura de Puigdemont, Comín y Ponsatí a las elecciones al Parlamento Europeo. Después de la vulneración flagrante de ley por parte de la Junta Electoral Central parece que nadie se acaba de atrever a enmendar lo que allí se produjo y nos hemos pasado todo el fin de semana en un auténtico juego de los disparates entre la Fiscalía, el juzgado de lo contencioso administrativo número 2 de Madrid y la sección cuarta de la sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Supremo. La cuestión es qué órgano jurisdiccional le pone el cascabel al gato y se come el marrón de la tropelía que llevó a cabo la JEC.
Primero fue la Fiscalía la que les dio la razón al considerarlos elegibles el viernes y dejar aparentemente la pista de aterrizaje despejada para que el juzgado ordinario de lo contencioso pudiera resolver sin más retraso el mismo sábado. Hay que vivir en Madrid para darse cuenta de lo que significa darle la razón a Puigdemont ni que sea avalándole la legislación. Los jueces viven, seguramente, este clima de presión política y mediática y fruto de ello creyeron encontrar una jugada perfecta: pelota al Supremo y santas pascuas. Que se mojen los de arriba de todo, debieron de pensar.
El editorial de El Mundo de este domingo, por citar uno, ya preparaba al Supremo para que enmendara a la Fiscalía con un titular que lo decía todo: "Escandaloso respaldo de la Fiscalía al fugado Puigdemont" y venía a avalar, sin matices, tesis muy peligrosas. "Por primera vez desde que se iniciara el proceso independentista, la Fiscalía se ha puesto de parte de los intereses de Puigdemont, un prófugo de la justicia, procesado por el grave delito de rebelión, que pretende representar en el Parlamento Europeo a una nación cuya Constitución no reconoce". Un error de fondo y otro de forma: dudo que la Fiscalía se haya puesto al lado de Puigdemont; en todo caso, no se ha querido sumar al carro del descrédito de la JEC. Segundo, ¡que Puigdemont no es un fugado! ¿Tanto cuesta de entender?
¿Pero qué ha hecho el Supremo? Devolver el expediente al juzgado correspondiente de Madrid, alegando que no es competente para decidir, pero marcando por donde tiene que ir el fallo al afirmar que no hay causa para la inelegibilidad de Puigdemont, Comín y Ponsatí. Vamos, como dice la Fiscalía y la mayoría de pronunciamientos de expertos que se han pronunciado y que tanto indigna en la derecha política y mediática que parece que le va la vida, una vez más, y que lo que menos importa es la ley.
El caso debería cerrarse hoy y en una única dirección, enmendando a la JEC y validando las candidaturas de los tres políticos independentistas. Pero tratándose de la justicia española, ya lo hemos visto todos en los últimos tiempos, no habría que descartar una última pirueta. El circo da para esto y para mucho más.