Ya es definitivo: el Mobile de este año no se celebrará. El coronavirus se lleva por delante el principal certamen ferial de Barcelona, en una decisión en la que ha tenido un peso muy importante el efecto dominó de muchas de las principales empresas dándose de baja. La preocupación inicial del pasado miércoles, cuando la surcoreana LG canceló su asistencia con un discurso en que señalaba que anteponía la seguridad y salud de sus trabajadores, socios y clientes, se ha ido transformando hora a hora en un pánico global que ha sido refractario al discurso de las autoridades médicas y políticas de que no había ningún peligro. En tan solo siete días, el Mobile 2020 se ha ido a pique, después de una semana dominada por un goteo permanente de anuncios de empresas cancelando su asistencia, hasta sumar una cuarentena muy significativas.
La cancelación del Mobile World Congress es una mala noticia, con unas pérdidas de ingresos cercanas a los 500 millones de euros para la ciudad de Barcelona ya que esa es la cantidad que solían gastar los más de 100.000 asistentes al evento en tres días de permanencia en la capital catalana. Sorprende, por ejemplo, que tan solo una semana después, en los primeros días de marzo, se celebre el Salón de Automóvil de Ginebra, una de las exposiciones de automóviles más importantes de Europa, que tiene lugar cada año, y que en 2019 reunió a 690.000 visitantes, 11.000 representantes de prensa de 87 países y 260 expositores y en el que hubo 135 presentaciones de coches. O que una de las mayores ferias del mundo de tecnología de audio y vídeo profesional, el ISE 2020, se esté celebrando con absoluta normalidad en Ámsterdam. Un certamen, por cierto, que arrancó sin ningún tipo de histeria y al que está prevista una asistencia cercana a las 100.000 personas. Allí están, por ejemplo, Sony o Intel, que se habían dado de baja del Mobile, o numerosas firmas chinas que tienen personal desplazado especialmente para atender a los visitantes. Todo en medio de una normalidad, al menos, aparente.
Son solo dos ejemplos pero importantes ya que estamos hablando de certámenes de dimensión global. Como global es la crisis económica que se va a producir como consecuencia del coronavirus y de la que ya se perciben los primeros síntomas, con China, lógicamente, en el epicentro. La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha tenido un invitado imprevisto que le pasará una importante factura a Pekín y que ralentizará la economía del gigante asiático en la lucha por el liderazgo mundial. En este contexto, nada es gratuito y, en ocasiones, las empresas son peones de estrategias globales mucho más importantes y decisivas para la hegemonía mundial.
Aunque la decisión de la cancelación es una determinación exclusiva de GSMA, ya que es la patronal del sector la que llega a un acuerdo con Fira para la celebración del congreso en Barcelona, las administraciones públicas no están dispuestas a mantener ningún tipo de discusión con ella ya que su principal objetivo en estos momentos es salvar el congreso de 2021 y prorrogar, si fuera posible, el acuerdo existente que vence en 2023. Aunque GSMA con el anuncio de la cancelación de este año ha dejado claro que el 2021 se celebrará en Barcelona, nunca está de más apuntalar un certamen que tiene muchos novios. En todo caso, la cancelación de este año abrirá, sin duda, una reflexión sobre la importancia del Mobile, dejando de lado mucha de la demagogia que se ha venido haciendo por parte de algunas de las formaciones políticas.