La vieja Convergència Democràtica hoy refundada en el Partit Demòcrata Català no tendrá grupo parlamentario en ninguna de las dos cámaras legislativas españolas, el Congreso de los Diputados y el Senado, una circunstancia que no se producía desde 1977. El último nexo de la derecha nacionalista (hoy independentista) con la derecha española (y también con el PSOE) ha saltado por los aires después de que populares y socialistas no tuvieran el coraje de mantener el compromiso que los dos grupos parlamentarios habían adquirido privadamente con el hombre del PDC en Madrid, Francesc Homs.
Ciertamente, ha habido primero cobardía y después venganza por la resolución aprobada por el Parlament la pasada semana y que ha sido anulada por el Tribunal Constitucional. El fuego cruzado abierto desde el pasado miércoles ha llevado a una situación insólita: dos votos en contra, Ciudadanos, y siete abstenciones, el resto de grupos. Ni PP ni PSOE se han opuesto formalmente en la Mesa del Congreso pero han dado el resultado por bueno con su abstención, que tendrá enormes consecuencias políticas y económicas para la formación que lidera Artur Mas si la legislatura se consolida y no vuelven a celebrarse nuevas elecciones.
Pero sería demasiado sencillo para el PDC trasladar toda la responsabilidad al resto de formaciones. Aunque en contra de lo que dijo la presidenta del Congreso, Ana Pastor, hay precedentes en el Congreso de situaciones similares que se han resuelto con un grupo parlamentario, reglamento en mano no han obtenido el 15% de los sufragios en las elecciones del pasado 26 de junio. Además está el error -porque cuesta encontrar otro calificativo- del entuerto que se hicieron con la votación de la Mesa del Congreso de los Diputados y los votos cedidos para que PP y Ciudadanos pudieran tener dos vicepresidencias. Falta de explicaciones y una cierta idea de que todo se hacía igual que siempre han acabado haciendo un estropicio que ha explosionado en el rostro de los nuevos dirigentes del PDC, sin comerlo ni beberlo, y que les va a provocar una difícil digestión.