Con un simple "se me entendió mal; ayer no tuve el mejor día", el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha zanjado el debate sobre los ajustes que deberá hacer necesariamente y en no mucho tiempo el gobierno español por el tema de las pensiones. Ha sido uno de los temas estrella de la semana, ya que todo el mundo sabe que van a tenerse que adoptar iniciativas si se quiere mantener en los próximos años el ritmo de las pensiones actuales, y las opciones tampoco son tantas.
Más bien ha dado la sensación de que, con el debate de los indultos a los presos políticos independentistas, Pedro Sánchez, siempre más atento a las oscilaciones de las encuestas y a lo que decide el todopoderoso gurú de Moncloa Iván Redondo que a sus decisiones como presidente del Gobierno, y dado el debate que se ha abierto en la sociedad española, no ha querido abrir un nuevo frente de desgaste y ha mandado al ministro Escrivá a apagar el fuego que tan ingenuamente había abierto. Además, patronal y sindicatos estaban al quite para enmendar al ministro; la peor manera de empezar una negociación tan compleja con los agentes sociales.
Lo más curioso es que, para una vez que un ministro dice algo que es inevitable, tiene primero que rectificar y después callar. ¿Cómo se va a hacer frente a la hucha cada vez más vacía de las pensiones si además ahora entra en la edad de jubilación la generación nacida entre finales de los años cincuenta y mediados de los setenta? Escrivá propuso dos soluciones: un pequeño ajuste en la pensión o trabajar un poco más. El ministro estimó que la jubilación de la generación denominada del baby boom podría elevar hasta el 6% el déficit en pensiones.
Aunque esta semana se han dado a conocer los datos de empleo del mes de junio y han sido unos muy buenos datos, según el Gobierno, los mejores de toda la secuencia histórica en un mes de junio, lo cierto es que la economía española aún es la más lastrada de la Unión Europea por el coronavirus y los cálculos más serios apuntan a que el PIB de diciembre de 2019 no se podrá recuperar hasta 2023. Los fondos europeos, los ansiados fondos europeos, no solucionarán esta ecuación y más pronto que tarde España deberá abordar el debate sobre las pensiones. Ahora solo se ha parado provisionalmente.