Después de muchos meses de sesudos debates en los que han intervenido numerosos economistas y políticos –siempre contrarios al proceso catalán– alertando del riesgo que suponía en una Catalunya independiente el pago de las pensiones a los catalanes, el presidente asturiano y también de la gestora del PSOE, Javier Fernández, de 68 años de edad, ha señalado este lunes que el soberanismo catalán está poniendo en riesgo la caja única de la Seguridad Social y que sus ansias de independencia amenazan el sistema de pensiones español. No se podía ser más claro y directo: lo dicho en campaña electoral es eso, campaña electoral. Y los números actuales sacan a flote la realidad: Catalunya es imprescindible para el pago de las pensiones españolas.

El profesor de la Universidad de Columbia Xavier Sala i Martín, uno de los que con más empeño han defendido que el problema de las pensiones era, en cualquier caso, mucho más español que catalán, se ha apresurado a matizar al dirigente socialista y recordarle que la inviabilidad del modelo español vigente no guarda similitud con la situación que tendrían por delante los pensionistas catalanes. De hecho, la situación española, que hoy también es catalana, es sumamente grave, ya que el Fondo de Reserva de las Pensiones tiene recursos sólo hasta diciembre del año que viene, como ha comunicado el gobierno español a Bruselas en el denominado plan presupuestario 2017. Cuando llegue esta fecha, según cálculos del Ejecutivo español, el montante de la hucha de las pensiones, que en 2011 era de casi 67.000 millones de euros y de los que quedaban en julio alrededor de 24.000 millones, se habrá agotado.

Esta es la situación real de la economía española y por eso el gobierno español del PP se ha comprometido a nuevos ajustes presupuestarios ante Bruselas. Unas cuentas que no podrá sacar en el Parlamento si no cuenta con una complicidad del PSOE, como ya obtuvo para investir a Mariano Rajoy como presidente. La encuesta del CIS dada a conocer este lunes no ha hecho más que radiografiar las miserias de los socialistas españoles: su desplome en las urnas después del espectáculo protagonizado en las últimas semanas sería muy importante. Tanto que los populares podrían doblar en porcentaje de voto a los socialistas y estos últimos perderían, con seguridad, la segunda plaza en beneficio de Podemos y sus confluencias. Todo apunta, por tanto, que al PSOE aún le falta mucho tiempo para ganar autonomía en sus decisiones. Incluso, a lo mejor, Fernández ya se ha jubilado.