El juez del número 5 de la Audiencia Nacional, José de la Mata, ha decidido dar por cerrada la instrucción de la pieza principal del denominado caso Pujol. En su interlocutoria, el magistrado ha propuesto enviar a juicio a todos los miembros de la familia del expresident por considerar que " formaban parte de una organización criminal". De la Mata cierra la instrucción de la pieza principal cuando faltan nueve días para que se cumplan seis años de la confesión de Jordi Pujol señalando que había ocultado al Fisco la deixa del avi Florenci, su padre, lo que ha acabado siendo la punta del iceberg de un caso de corrupción mucho más amplio y que sentará en el banquillo de los acusados al matrimonio Pujol y a sus siete hijos. Es obvio que la justicia española cuando quiere es lenta y aquí lo ha sido. Como cuando quiere es rápida y los juicios a los líderes independentistas catalanes o al president Quim Torra son un ejemplo de ello. En cualquier caso, ante el anuncio de que se ha cerrado la pieza principal del caso Pujol solo cabe decir que ¡ya era hora!
Hecha esta salvedad, que en ningún caso es exculpatoria de la gravedad de los delitos que hemos ido conociendo durante estos años de la familia Pujol y de los tejemanejes llevados a cabo, especialmente alrededor de Jordi Pujol Ferrusola, su hijo mayor y que ha supuesto la marginación pública del expresident, su desaparición de la escena política y su ostracismo prácticamente absoluto, ahora tendrán que ser probados. Algunos, como el de la confesión, es más que evidente. Los otros veremos cuáles son suyos y cuáles son de los vástagos, aunque es obvio que el concepto de la familia y de organización criminal acaba no siendo casual. Expresiones ambas que tienden a no emplearse en otros casos que están de rabiosa actualidad y en los que lo que sucede es justo a la inversa: la familia parece no existir y solo hay una manzana podrida. Repito, nada de ello es excusa para entrar a fondo en lo que ya sabemos de los Pujol y que ha escandalizado a la sociedad catalana.
Pero no hay que ser tan ingenuos para no ver un evidente interés en crear una cortina de humo informativa con el caso Pujol que desvíe la atención de las noticias que van apareciendo de la corrupción de la monarquía española y del rey Juan Carlos I en el epicentro de todas las noticias y las evidentes consecuencias que tiene para Felipe VI y la familia real. La corrupción de los Pujol tapando la de la monarquía en una semana que se presenta clave a la hora de decidir qué se hace con el emérito. Justo después de las últimas noticias que han aparecido y que han llevado al gobierno español a pedir públicamente que Felipe VI de un paso más con su padre "ya que una parte de la sociedad española está preocupada".
Puede ser que haya noticias en las próximas horas o días ya que Juan Carlos I se ha convertido en un verdadero engorro y hay que sacarlo como sea del encuadre de Felipe VI, algo que realmente se antoja imposible aunque está todo el Estado trabajando a fondo por instalar este relato imaginario. No creo hacer un spoiler si avanzo que la noticia del procesamiento del juez De la Mata tendrá el mayor protagonismo mediático en las portadas de la prensa de papel que han mirado de ocultar a sus lectores la corrupción de la monarquía española.
También tapa el escandaloso hecho de que se haya certificado que el gobierno de Sánchez e Iglesias, o sea PSOE más Podemos, supiera desde hace un año que Juan Carlos I había creado la Fundación Lucum, la offshore panameña que ocultaba su fortuna y de la que su hijo Felipe fuera beneficiario. Y de la que hemos sabido de su existencia gracias a la prensa extranjera, suiza, inglesa o francesa, pero no por el Ejecutivo español, del que cabe pensar que se dedicó a echar tierra encima de la noticia para que no fuera conocida.Casualidades judiciales, seguramente. Porque no debe haber motivos para ser malpensados, ¿verdad?