Ha explicado Joan Coma, el concejal de Vic acusado de incitación a la sedición y para quien el fiscal pide hasta dos años y medio de prisión, que al iniciar el interrogatorio Vicente González Mota en nombre del Ministerio Fiscal le había preguntado si para romper un huevo y hacer una tortilla era necesario tener fuerza. Coma le había contestado que era una metáfora. Simplemente era una metáfora. Aunque era el Día de los Inocentes, nada de lo que le había sucedido a Joan Coma desde la víspera era, ciertamente, para tomarse a broma este comentario post Audiencia Nacional. Tampoco otro que reveló en una conversación telefónica con este diario volviendo desde Madrid: el trayecto desde la comisaría de Tres Cantos, a unos 30 kilómetros de Madrid y en que había pasado la noche, hasta la Audiencia Nacional, lo había hecho esposado. Y, en este caso, los grilletes en las dos manos no eran una metáfora.
Joan Coma, licenciado en Psicología, premio extraordinario por la UAB y actualmente estudiante de doctorado en Ciència Política también por la UAB, hubiera podido utilizar otra expresión para responder a la pregunta del fiscal sobre la fuerza, los huevos y la tortilla. Pero ningún recurso literario expresa tan bien el uso figurado del lenguaje como la metáfora. En la película italiana El cartero de Pablo Neruda protagonizada por Philippe Noiret en el papel del poeta chileno, Massimo Troisi encarna el papel de un joven en un pueblo de pescadores que se marea en la barca y acaba encontrando trabajo como cartero. A Mario Ruoppolo le gusta la poesía y la escena en que descubre gracias a Neruda el poder de la metáfora y su sentido es simplemente excepcional.
La aguda escritora Empar Moliner se ha felicitado de que en aquel pleno municipal de Vic Joan Coma se limitara a decir como aval a la declaración de soberanía del Parlament del 9-N de 2015, impugnada por el Tribunal Constitucional, que para hacer una tortilla era necesario romper los huevos. Y ha puesto como ejemplo que pasaría si hubiera utilizado otra metáfora: desvestir un santo para vestir a otro. Y que da pie a muchas interpretaciones aunque, en realidad, solo tiene una. A Joan Coma, el juez Ismael Moreno le retiró el pasaporte después de una hora de declaración y le conminó a presentarse en el juzgado cada vez que sea citado.
Lo que más llama la atención es que aquel director de la Oficina Antifrau llamado Daniel de Alfonso, con plaza ahora de magistrado en Santander, y aquel ministro del Interior llamado Jorge Fernández hablaran impunemente en un despacho oficial mientras el primero le decía al segundo que "les hemos destrozado el sistema sanitario" a los catalanes. Y no pareció nunca que De Alfonso estuviera haciendo una metáfora. Pero lo cierto es que ningún fiscal tuvo interés en investigarlo.