Dicen orgullosos los que practican el rugby que, por duro que parezca, es un deporte noble y de evasión. Los que no lo acostumbramos a seguir y no lo entendemos, solo visualizamos como un grupo de fornidos atletas se lanzan encima del que lleva aquella pelota ovalada. Pero la finalidad del juego no es la de bloquear al oponente, sino la de escaparte de él para llegar a la zona de marca. Inevitablemente, el contrario hará todo lo posible para que ello no llegue a suceder utilizando el placaje.
Pues bien, ahora que empieza la legislatura en España estamos asistiendo por parte de Pedro Sánchez a una acción clara de bloqueo del independentismo, también llamada por los no deportistas "ninguneo". La composición de las mesas del Congreso y del Senado llevan este sello: acuerdo de PSOE y Podemos, paso al frente y ninguneo de todos los demás hasta asegurarse la mayoría de la Mesa de la Cámara. Como Sánchez sabe que PP y Cs no pactarán nada con independentistas y nacionalistas, ¿para qué tiene que sentarse él a negociar?
Es pronto para saber como quiere abordar el PSOE la legislatura española pero hay indicios de que será muy diferente a los meses en que Sánchez estuvo en la Moncloa tras la moción de censura y que más bien puede acabarse pareciendo a las segundas legislaturas de Aznar y Zapatero, cuando ambos renunciaron a cualquier acuerdo sustantivo. El independentismo tiene que estar preparado para este momento ya que los quince diputados de ERC y los siete de JxCat son, separados o juntos, una rótula de 22 escaños nada desdeñable. La inercia del PSOE será decantarse hacia Podemos o Ciudadanos y solo en condiciones excepcionales acudir a ERC. Qué es quién, por el número de parlamentarios, es aritméticamente más importante.
Sánchez eso lo sabe hacer a la perfección y los movimientos de Meritxell Batet y Manuel Cruz, dos piezas del PSC a las presidencias de Congreso y del Senado, acabarán formando parte de un hábil movimiento de bloqueo de las autoridades catalanas para disponer una visualización diferente del campo de juego, con la incorporación permanente y en lugar preferente de dos autoridades españolas que son catalanas. Los presidentes de las dos cámaras legislativas españolas van por delante del president de la Generalitat. Eso siempre ha sido así, pero a diferencia de lo que sucederá a partir de ahora, nunca estaban. Ahora será distinto y Batet y Cruz irán por delante de Torra. Nos vamos a reír.