La confesión de este jueves del conseguidor y empresario Víctor de Aldama en la Audiencia Nacional, implicando a Pedro Sánchez en la trama del caso Koldo, es enormemente grave y tiene un cierto componente de hecho histórico. Es la primera vez que un presidente del Gobierno en ejercicio aparece directamente señalado en un caso de corrupción por uno de los acusados. Evidentemente, estamos hablando de una acusación que deberá ser probada por Aldama a partir de pruebas que dice tener y que pondrá a disposición de la justicia. La convulsa situación política en España ha subido, sin duda, algo más que un escalón con estas acusaciones que afectan, además de a Pedro Sánchez, al exministro José Luis Ábalos, que habría cobrado 250.000 euros en efectivo; su asesor Koldo García, otros 50.000 euros en mordidas por los contratos investigados; el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, que habría pedido también dinero y a quien se le habrían entregado 15.000 euros; y, finalmente, el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, que habría pedido a la trama 50.000 euros.
Todos los nombrados han anunciado, lógicamente, querellas contra Aldama, en prisión hasta la noche de este jueves y ya en libertad, y desde cuyo entorno se asegura que está dispuesto a tirar de la manta. Con sus acusaciones, el conseguidor y empresario también se coloca una soga al cuello, ya que se implica personalmente en la comisión de un delito. Otra cosa es, claro está, que todo sea fruto de una estrategia de defensa en la que primero hace unas acusaciones y a partir de aquí solicita su libertad provisional, aportando alguna de las pruebas de las imputaciones que ha realizado. Un primer paso para lograr un acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción que rebaje su petición de condena colaborando con la aportación de pruebas que irían saliendo. El hecho de que Anticorrupción haya entrado ya en el juego a las pocas horas de la declaración de Aldama, y pidiera su libertad con medidas cautelares, evidencia a las claras que la negociación ya se está produciendo. Respecto a su famosa foto con Pedro Sánchez, en un mitin del PSOE en 2019, Aldama ha explicado que le pidieron que fuera al acto porque el presidente del Gobierno quería hablar con él y conocerlo personalmente. Sánchez le habría dado las gracias por lo que estaba haciendo por su mujer.
El horizonte judicial del PSOE y de Pedro Sánchez es enormemente complicado
Sánchez lo ha negado todo, señalando que eran inventos y mentiras y ha dicho que está tranquilo. Ábalos, que eran afirmaciones difamatorias y falsas. El grupo socialista recibió con aplausos al presidente del Gobierno cuando acudió al Congreso de los Diputados para votar el paquete fiscal que ha sacado adelante a trompicones, prometiendo a diestro y siniestro a sus socios que satisfará sus demandas a través de un real decreto ley o de una proposición de ley que acabe gravando a las energéticas... y poniendo en riesgo inversiones en Catalunya. Va a ser empíricamente imposible tener a todos contentos, pero eso será a partir del viernes por la mañana, porque este jueves de lo que se trataba era de llegar vivo a la noche, cosa que sí que el presidente del Gobierno ha conseguido. De Junts va a depender cómo acaba este capítulo de las energéticas, que ahora los socialistas tratarán de rebajar lo que haga falta para que acabe saliendo sin irritar a Sumar, Esquerra, Podemos y Bildu. Pero como no todos pueden ganar al mismo tiempo, veremos si la cintura política de Junts es suficiente para acabar bien lo que empezó bien y se le ha ido complicando.
Hace tiempo que lo vengo diciendo: el horizonte judicial del PSOE y de Pedro Sánchez es enormemente complicado. No se trata de una única causa, ni de un único imputado. El reguero se extiende por juzgados diferentes, y política y familiarmente el último destinatario es el presidente del Gobierno. En el día a día, uno puede incluso pensar que no están pasando grandes cosas y que hay noticias buenas y malas por un igual. Pero si se coge una cierta perspectiva, aparte del caso Koldo que investiga el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, está el del juez Juan Carlos Peinado, que ha imputado a Begoña Gómez, la mujer de Sánchez, por varios delitos; el juzgado número 3 de Badajoz, que tiene abiertas diligencias contra David Sánchez, hermano del presidente, por delitos de corrupción; el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, imputado por el Tribunal Supremo por un presunto delito de revelación de secretos y en cuyo despacho se personó la Guardia Civil y se llevó un material ingente, muy superior al que supuestamente se pretendía conseguir, y, en consecuencia, penalmente jugoso. Estos son algunos de los casos más relevantes tan solo en el frente judicial y su evolución trimestre a trimestre es muy preocupante para el Gobierno.
El frame de la jornada quedó completado con la peculiar manera de Alberto Núñez Feijóo de abrir la posibilidad de una moción de censura, para la que hoy no tiene los votos. Lejos de tomar la iniciativa política y arremangarse para intentar obtenerlos, como hizo Pedro Sánchez en 2018, Feijóo se ofreció a liderarla si algun socio de Sánchez está dispuesto "a acabar con esta agonía". Hombre, la política es una cosa algo más complicada que esperar en la jaima a que te vengan a buscar en olor de multitudes. Por lo general, va justo al revés. El candidato se arremanga hasta las cachas y, a veces, incluso no sale. Esta aparente desgana de Feijóo debe tener que ver con disponer de mucha información de lo que irá sucediendo o dar por descontado que no tiene cartas ganadoras, en ningún supuesto, al menos por ahora, para una moción de censura.