El secretario de Salut Pública de la Generalitat, Josep Maria Argimon, ha realizado este jueves unas declaraciones que deberían hacernos reflexionar: si Catalunya hubiera aplicado las medidas para luchar contra la Covid-19 que ha implementado en la lucha contra la pandemia la Comunidad de Madrid tendría, en estos momentos, 7.000 muertos más. Se dice pronto, 7.000 muertos más que se añadirían a los 21.311 que las autoridades sanitarias de la Generalitat han reportado desde el mes de marzo de 2.020. 

Estamos hablando de un 30% adicional de fallecidos, un auténtico disparate. Aunque sea tremendamente desagradable, a veces no está de más cuantificar estas noticias para que se sepa que el realizar políticas diferentes acaba teniendo sus consecuencias y que los aplausos que recibe Díaz Ayuso por su política de puertas abiertas no salen gratis, que tiene un enorme impacto en vidas humanas. Será, quizás, que esos varios miles de personas fallecidas en Madrid que se habrían podido evitar, según dice Argimon, con una política más restrictiva acaban no valiendo nada en la mercadotecnia electoral que todo lo devora con una rapidez sorprendente.

Al final, la popularidad de Díaz Ayuso y el éxito que le auguran las encuestas en las elecciones del próximo 4 de mayo podría llevarnos a conclusiones falsas. Que las muertes no importan lo suficiente para detener un país. Donald Trump también era de esta opinión y el país entró en un precipicio que asustó tanto a los americanos que acabaron otorgando la confianza a Joe Biden. Ayuso, al más puro estilo Trump, ha apostado por una política flexible que castiga menos la economía pero que arrastra muertes que habrían sido evitables. Qué contraste con Francia, por ejemplo, donde Macron acaba de cerrar las escuelas y ha restringido la movilidad en toda Francia para evitar una cuarta ola.

En Catalunya, los datos son preocupantes aunque no alarmantes. Las autoridades hacen bien en no bajar la guardia en unos momentos en que el Pirineo ha colgado el cartel de completo en una situación que hace más de un año que no se producía. Y la vacunación va mucho más lenta de lo que era previsible y las altas expectativas de población vacunada en verano están más que cuestionadas. Sin duda cuesta y es dura la situación actual. Pero qué quieren que les diga, prefiero estar sobre la tutela sanitaria de la Generalitat de Catalunya que depender de la Comunidad de Madrid. Porque una vida siempre debe ser una vida.