No deja de ser sorprendente que con la que está cayendo en el mundo desde que Donald Trump llegó a la presidencia de Estados Unidos, el Congreso de los Diputados lleve a cabo debates sobre si España debe o no salir de la OTAN. Y que propugnen la salida partidos con representación en el gobierno debe ser una peculiaridad made in Spain. Al límite también está que aliados del gobierno voten por abandonar la Alianza Atlántica o, simplemente, miren hacia otro lado. ¿Cómo piensan que se va a hacer frente a la situación? Europa solo está protegida por la OTAN. Puede pedir auxilio con un ataque exterior —por ejemplo, de Rusia— y el ejército europeo, que es una alternativa a futuro, ni es para ahora, ni hay consenso para ello.

La realidad es que la OTAN cuenta con 32 Estados miembros, su secretario general es desde el pasado mes de octubre el holandés Mark Rutte, España es miembro desde 1982 y si algo es indiscutible es que la pelea de algunos estados ha sido y es por formar parte de la Alianza Atlántica, no por salir de ella. Por eso, no deja de ser sorprendente que formaciones como Sumar aún mantengan semejante grado de inmadurez en este tema pese a formar parte del gobierno. Los Verdes alemanes, espacio al que todas estas formaciones tratan de parecerse, hace años que superaron este debate y hoy son claramente proatlantistas. Más o menos desde 1988, en que su líder, Joschka Fischer, entonces ministro de Asuntos Exteriores, apoyó el envío de tropas a Kosovo para luchar contra Serbia.

Europa solo está protegida por la OTAN, y el ejército europeo, que es una alternativa a futuro, ni es para ahora, ni tiene consenso

Siempre se dice que hace falta un hervor político —o sea, pasar por un gobierno— para adoptar políticas más realistas. Parece que esto en España no sucede y es mucho más fácil ser irresponsable que convencer a tus electores de las necesidades presentes. En este caso, está también el pulso con Podemos, que, desde fuera del Ejecutivo, marca muchas veces la posición y acaba arrastrando a los demás. También sorprende la abstención de Esquerra Republicana, encantada con realizar brindis al sol, aunque el tablero global se haya complicado tanto que todos los países estén obligados a adaptarse al mundo real, no al ideal.

Las políticas de defensa y el gasto militar van a marcar la agenda de los próximos años en todos los países. No estamos ante un debate puntual que amainará con el paso de los meses, sino que lamentablemente ha venido para quedarse, ante las posiciones que marca la administración Trump. No solo el presidente, sino todo su equipo dirigente y de donde saldrá muy probablemente el candidato en las presidenciales de 2028. Falta mucho tiempo, pero con los demócratas despistados y sin líderes claros, el horizonte para remontar la situación actual es claramente difícil. Europa deberá sobreponerse a su egoísmo de "primero los estados" y armar una política conjunta si quiere tener un mínimo papel. No habrá salvación individual estado a estado, ni incluso para el Reino Unido, aliado tradicional de Estados Unidos. Hoy, América tiene más que nunca intereses, no amistades.