En el conflicto que mantiene España con Catalunya, este lunes ha sido un día importante. Y triste. Muy triste. Por primera vez desde la denominada transición española, un president de la Generalitat ha visitado tres centros penitenciarios de las proximidades de Madrid para reunirse con nueve presos políticos catalanes. Una parte significativa del Govern cesado por Mariano Rajoy, los líderes de la ANC y Òmnium y la expresidenta del Parlament. A todos ellos el juez Pablo Llarena los mantiene en prisión provisional después de haber rechazado uno tras otro todos los escritos de la defensa para poner punto final a una situación injusta, anómala y absurda antes de la celebración del juicio.
De las tres visitas, destaca la que ha hecho en la cárcel de Estremera y su encuentro con los consellers Jordi Turull y Josep Rull, que habían aceptado su incorporación al nuevo Govern; sabiendo, eso sí, que su período de permanencia depende de que el Tribunal Supremo les suspenda sus derechos, cuando el auto de procesamiento sea firme. Turull y Rull le han agradecido a Torra su designación y se han mantenido firmes en su voluntad de ser restituidos. También conversó el president con Oriol Junqueras, Quim Forn y Raül Romeva, quienes ya renunciaron hace meses a volver al Govern en su actual situación procesal.
De Estremera, Torra saltó a Alcalá Meco, donde Carme Forcadell y Dolors Bassa le transmitieron que se sienten rehenes de la justicia española. Y acabó en Soto del Real con los Jordis, Sànchez y Cuixart, que le pidieron no renunciar nunca a la autodeterminación de Catalunya. Nueve vidas truncadas y una idea común: que su lucha por la dignidad de Catalunya tenga sentido.
Un combate, ciertamente, desigual. Tanto, que quien tiene que publicar el decreto de nombramiento de los nuevos consellers no lo hace simple y llanamente porque no le da la gana y el Diari Oficial de la Generalitat depende excepcionalmente de él. Y un combate en el que Rajoy, Sánchez y Rivera son capaces de acordar el mantenimiento del 155, incumpliendo los dos primeros la palabra dada y violentando los tres la Constitución. El diario alemán Telepolis, que ha recibido varios premios al periodismo de investigación, lo ha considerado directamente un "golpe de Estado silencioso en España".
Llevan 217 días en prisión los Jordis; 198, Junqueras y Forn; 90, Turull, Rull, Romeva y Bassa, y 59, Forcadell. La fuerza del Estado frente a la resistencia de una sociedad movilizada en defensa de sus derechos. Como dice el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Barcelona, en defensa de la democracia amenazada.