En menos de 24 horas, la noche del sábado y la sobremesa de este domingo, el presidente Pedro Sánchez ha comparecido durante más de dos horas por televisión para explicarnos lo bien que lo hace el gobierno español y que él mismo es un abanderado europeo con sus drásticas medidas de confinamiento que resumió en una frase para la historia: "Es imprescindible, para vencer al virus, seguir anticipándose". Encerrado como está en la Moncloa, debe desconocer el presidente la enorme irritación existente por la lentitud en la aplicación de medidas mucho más drásticas y ante la falta de material existente.
La protesta que inició el president Quim Torra hace ya diez días y que le han ido siguiendo la gran mayoría de presidentes autonómicos supone todo un desafío de las autonomías a la España centralista y radial con la que Moncloa ha abordado esta crisis. El demonio Torra, denostado por las españas, liderando una protesta autonómica que en este caso sí entiende de territorios y de ideologías tiene, reconozcámoslo, algo de justicia poética. También un cierto aire de rebelión a Sánchez por su inacción primero y lentitud después mientras los cadáveres no hacen más que aumentar.
Así fue la reunión de Sánchez con los presidentes autonómicos. El presidente de Andalucía, Juanma Moreno, y el de Murcia, Fernando Lopez, ambos del PP, exigiendo un confinamiento total. A última hora de la tarde, el titular murciano firmando una orden de cierre total de la Región, saltándose el decreto de alarma del gobierno Sánchez. ¡Ay si lo hubiera hecho Catalunya! Por menos se han iniciado causas penales contra el Govern.
El titular de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, socialista, ha evitado usar la palabra exigir pero le ha pedido a Sánchez que reflexione sobre la insuficiencia de las medidas para atacar la expansión del virus. Otros dos socialistas, los titulares de la comunidad de Extremadura y València, Guillermo Fernández Vara y Ximo Puig, han implorado medidas similares y han denunciado la lentitud en la llegada de material. El gallego Núñez Feijóo ya hace días que protesta y protesta sin que nadie la haga caso. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, fletando un avión desde China para traer, al margen del Ministerio, material sanitario. Un camino que emprendió por la tarde también Ximo Puig.
Nadie soporta ver morir a su gente y la parsimonia del gobierno español es desesperante. Ahí está el gran error de los que no han sabido entender que liderar en época de crisis no son cuatro palabras huecas en televisión y una actitud paternalista sino medidas contundentes que den esperanza a la ciudadanía.