El rapero Valtònyc se queda en Bélgica y en libertad. Tampoco en su caso la justicia española ha conseguido, por ahora, que la euroorden emitida por la Audiencia Nacional surta efecto alguno. En el caso del cantante, además, la euroorden de extradición era por terrorismo, algo del todo estrafalario cuando de lo que se está hablando es del texto de unas canciones.
Nuevo revés a la justicia española que hasta la fecha ha fracasado en Europa en todos sus intentos. Tanto en este por terrorismo como en el caso de los políticos catalanes por rebelión y malversación y en cuatro estados diferentes: Bélgica, Alemania, Reino Unido y Suiza. Los casos de Bruselas ―Toni Comín, Meritxell Serret y Lluís Puig― y Ginebra ―Marta Rovira― son los más avanzados; el caso alemán, que afecta al president Carles Puigdemont, no debería demorarse más allá de este mes de julio y el de la consellera Clara Ponsatí, en Edimburgo, tiene una nueva vista preliminar el próximo día 23.
Valtònyc abandonó Mallorca en dirección a Bruselas el pasado mes de mayo para no tener que entrar en la prisión y cumplir los tres años y medio de condena firme que tenía. Desde aquella fecha, las peticiones de diversos colectivos han sido importantes. Sin embargo, nadie ha atendido esta demanda. El nuevo gobierno español de Pedro Sánchez tampoco ha dado ninguna instrucción a la fiscalía general del Estado.
Más allá de la opinión que cada uno pueda tener de la letra de las canciones del cantante mallorquín, presentarse en Europa con una demanda de extradición no deja de sonar estrambótico. Lo mismo que lo que muchos ven como un ejercicio de libertad de expresión otros acaben juzgándolo por terrorismo. Es muy difícil que así la justicia española gane prestigio y predicamento ante los socios europeos.