Todos los artistas tienen egos grandes, decía el cantante John Lennon, asesinado en Nueva York en diciembre de 1980 cuando regresaba a su apartamento de Manhattan. Lennon tenía razón... pero solo parcialmente. Su mundo era el de la música y si hubiera conocido a fondo personalidades de otras disciplinas, habría comprobado que hay deportistas, abogados, políticos, médicos, sindicalistas, empresarios, periodistas y así hasta enumerar decenas de oficios, cuyos profesionales tienen egos grandes. En los últimos 30 años he conocido personalmente a todos los presidentes del Fútbol Club Barcelona desde Josep Lluís Núñez (1978-2000) y Joan Gaspart (2000-2003) hasta Joan Laporta (2003-2010), Sandro Rosell (2010-2014), Josep Maria Bartomeu (2014-2020) y nuevamente Laporta desde marzo de 2021, cuando se impuso con el 54,28% de los votos avasallando a Víctor Font (29,99%) y Toni Freixa.

Cada uno tenía su estilo, sus partidarios y sus detractores, pero si algo los unifica es que tenían o tienen un ego grande, a lo mejor una característica que o bien se trae de fábrica o se adquiere con el tiempo, ya que es un cargo donde todo son adulaciones, empezando por los que en público siempre critican por una cosa o por otra. He recordado esta frase del cantante de Liverpool al hilo de las acusaciones que estoy leyendo estos días contra Joan Laporta ante el hecho de que los futbolistas del primer equipo Dani Olmo y Pau Víctor hayan perdido la ficha, esperemos que provisionalmente, y ya se esté hablando de que el presidente blaugrana debe dimitir o, en caso contrario, la oposición debe trabajar a favor de una moción de censura.

Los que reclaman la dimisión de Laporta han equivocado el momento y, con su posición, debilitan las opciones deportivas del Barça

Los grupos de barcelonistas que así lo reclaman o el propio Font han equivocado el momento y, con su posición, lo que hacen es debilitar las opciones deportivas del equipo por ganar unos titulares durante unas horas o días. No siempre es verdad que a río revuelto, ganancia de pescadores, como dice el refrán. A veces es mejor dar apoyo en momentos difíciles que salir a criticarlo todo pensando que esta vez sí que no saldrá adelante y las maniobras de La Liga y la Federación Española de Fútbol se lo llevarán por delante. Vamos a ver qué acaba haciendo el Consejo Superior de Deportes (CSD), que debe pronunciarse inmediatamente a la vuelta de Reyes después de que el Barça haya solicitado que facilite la inscripción de Olmo y Víctor y aplique unas medidas cautelares. Si la decisión fuera favorable, podría jugar incluso la Supercopa de España, que se celebra en Arabia Saudí a partir del miércoles.

No tengo dudas de que Laporta va a dar explicaciones en breve y expresará su punto de vista sobre cómo han transcurrido estos últimos días. También parece razonable que en estos días haya optado por el silencio y tratar de buscar una solución que por ir efectuando declaraciones en los medios que solo habrían alimentado las especulaciones. Oigo siempre decir que el siglo XXI es, sobre todo, el de la comunicación. Que las noticias circulan a enorme velocidad y muchas veces, si no las hay, lo que circulan son los bulos y las mentiras. Además, siempre hay un enorme interés por desestabilizar un club como el F.C. Barcelona, que este año, aunque sea de manera irregular, tiene opciones de realizar una muy buena temporada con un fútbol que hacía tiempo que los culés no presenciábamos. Además, está el tema de la inauguración del estadio. Razones más que suficientes para recomendar dosis de sosiego.