La Junta Electoral Central (JEC) tiene convocada para este jueves al mediodía una reunión en la que abordará la situación de la presidenta suspendida del Parlament, Laura Borràs, una vez el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) la ha condenado a cuatro años y medio de prisión y trece de inhabilitación por los delitos de falsedad documental y prevaricación administrativa. Aunque hay muchas posibilidades de que se proceda a suspenderla automáticamente como parlamentaria, siguiendo el precedente del caso del president Quim Torra, también podría darse el caso de que la JEC decidiera traspasar la resolución final a la Junta Electoral Provincial, un mero formulismo que tan solo retrasaría la decisión 48 horas hábiles, ya que la resolución se adoptaría el próximo lunes.

Sea mañana o el lunes, el caso está muy en la recta final y el Parlament debe prepararse para una situación tan excepcional como designar quien ocupará la segunda institución de Catalunya a media legislatura. Desde 1980, fecha en que se cuenta el inicio de la primera legislatura, y el cargo lo ocupó el republicano Heribert Barrera, todos los presidentes de la cámara —y con Laura Borràs suman hasta diez— han podido completar su mandato y en el caso de Joaquim Xicoy, Ernest Benach y Núria de Gispert llegar a estar hasta dos legislaturas. Aunque en los últimos meses cada partido de los tres más importantes —PSC, Esquerra y Junts— ha mirado de sacar ventaja de la situación judicial generada, socialistas y republicanos resaltando la acusación de corrupción y los juntaries hablando de un caso de lawfare, hace ya un cierto tiempo que los tres ya se han puesto en modo futuro para limitar el máximo posible la interinidad una vez haya un pronunciamiento de la Junta Electoral.

Que los tres partidos quieran no eternizar el tema tampoco es garantía de que haya un acuerdo inmediato. El primer gesto de Junts de que no se va a enrocar en la sustitución de Borràs es que el siguiente en la lista por Barcelona, el demócrata Toni Castellà, miembro del gobierno del Consell de la República, aceptará el escaño en lugar de la presidenta suspendida, y en pocos días presidenta cesada. Aunque ningún partido renuncia al cargo vacante de la presidencia del Parlament por diferentes motivos, el PSC porque ganó los comicios del 14 de febrero de 2021, Esquerra porque es la primera fuerza independentista del Parlament y Junts per Catalunya porque la ha ostentado fruto del acuerdo para investir al president Aragonès, sería extraño que al partido de Carles Puigdemont y Jordi Turull se le acabara escapando el cargo.

La dirección de los juntaires propone el nombre de la alcaldesa de Vic y parlamentaria Anna Erra, y nada apunta a que haya nadie mejor situado o situada para ocupar el cargo. Se da la circunstancia de que no se presenta a la reelección en las próximas municipales de mayo en la capital de Osona y, por otro lado, siempre suele estar entre los dirigentes de Junts más votados en los congresos. Junts mantiene, sin embargo, un silencio sepulcral para no aparecer en medio de una negociación cuando Borràs aún reclama su reposición en el cargo prescindiendo de lo que ha fallado el TSJC. Pero todo el mundo sabe que la carpeta Borràs en la parte institucional se cierra en breve y quedará para después de las municipales qué acaba sucediendo con la presidencia del partido y con qué calendario.