Como que de la declarada guerra abierta entre Israel y Palestina tendremos muchas ocasiones de hablar, pues todo el mundo coincide en que va a ser larga, cruenta y devastadora, y, por otro lado, las informaciones más relevantes pueden ser seguidas al minuto perfectamente en este diario, me gustaría en este artículo diario poner hoy el acento en las diferentes miradas que existen en Catalunya, en España y en Europa. Lo hemos visto desde el mismo sábado en las diferentes declaraciones y posicionamientos que se han ido produciendo, tanto en declaraciones públicas como en el uso de las cuentas de las que disponen los políticos en las diferentes redes sociales o también en la calle, que no es una expresión fidedigna en muchas ocasiones, pero que nunca hay que restar importancia.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, fue de las primeras mandatarias en reaccionar y calificó las acciones de Hamás de terrorismo en su forma más despreciable. Las sedes del Parlamento Europeo y de la Comisión Europea en Bruselas colgaron durante el fin de semana la bandera de Israel como muestra de apoyo al país. La CE lo hizo en uno de los mástiles que hay frente a su sede y durante la noche y madrugada también proyectó una imagen con una gran bandera israelí en la fachada del edificio de la Comisión en el Berlaymont. Por su parte, la presidenta del Europarlamento, Roberta Metsola, difundió en su cuenta de X una fotografía con la bandera de Israel, ondeando junto a otras banderas de la UE en los mástiles de uno de los edificios que ocupa el Parlamento Europeo. Más lejos, hicieron lo mismo en el Empire State de Manhattan o en diferentes ciudades de los Estados Unidos, el ícono de Buenos Aires, en el Senado de Brasil o en la ópera de Sidney, utilizada para la ocasión por las autoridades como edificio emblemático.
Se han podido ver fotos igualmente de la bandera de Israel ondeando junto a la de Francia en París. También iluminando con la estrella de David en color azul sobre fondo blanco en edificios tan emblemáticos como la torre Eiffel; frente al 10 de Downing Street, sede del primer ministro británico; en Roma, frente al Parlamento italiano, o en la Puerta de Brandemburgo, en Berlín, o en Viena, en la cancillería austriaca. Son algunos ejemplos de países europeos de nuestro entorno que, cuando menos, debería hacernos reflexionar. Todos los países europeos y Bruselas han calificado a Hamás de terrorista y prioritariamente se han expresado defendiendo el derecho de Israel a la autodefensa.
En España, la respuesta pública de Pedro Sánchez fue mucho más difusa, aunque escribió en su cuenta de X que se trataba de un ataque terrorista contra Israel que condenaba y exigía el cese inmediato de la violencia contra la población civil. No se ha iluminado, ni se ha colgado la bandera israelí en ningún centro gubernamental, cosa que sí ha hecho, por ejemplo, la Comunidad de Madrid, que ha iluminado la fachada de la Real Casa de Correos, sede de la presidencia autonómica y donde está el despacho de Isabel Díaz Ayuso, o el ayuntamiento de la capital española, que ha iluminado con los colores de la bandera israelí la fuente y el Palacio de Cibeles.
Y llegamos en este periplo a Catalunya y Barcelona. El alcalde de la capital, Jaume Collboni, ha publicado un tuit expresando su consternación por los trágicos acontecimientos que llegan desde Israel y una firme condena a los ataques contra Israel y su población civil. La embajadora de Israel le ha expresado a Collboni su gratitud también en las redes sociales. En ningún edificio oficial dependiente del Ayuntamiento de Barcelona consta que se haya izado la bandera de Israel ni tampoco que se haya iluminado con sus colores. Tampoco se ha anunciado que esté prevista ninguna iniciativa en este sentido.
Más discreta aún ha sido la posición del president de la Generalitat, Pere Aragonès: ningún tuit al respecto —sí hay varios sobre la manifestación de la derecha en Barcelona el domingo, su participación en un acto de Comisiones Obreras, un acto de homenaje al defensor de la República Miquel Rovira o una exposición en el Palau Robert sobre Joan Fuster y Josep Pla—, ninguna declaración oficial desde el Palau de la Generalitat y, eso sí, unas palabras en Masquefa el domingo en las que en nombre del Govern condenaba el ataque de Hamás contra la población civil israelí y lamentaba profundamente la escalada de violencia que se estaba produciendo y la situación de guerra que se estaba extendiendo. En política los gestos tienen su importancia y creo que muchos catalanes habríamos preferido parecernos a París, Londres, Bruselas, Roma o Berlín.