Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, es de aquellos políticos que viven sobre todo de hablar mal de los demás y si pueden ser catalanes, mejor. Es, en parte, un digno sucesor de José Bono, el flamante presidente de la misma comunidad autónoma entre 1983 y 2004 y que más tarde ocuparía los cargos de ministro de Defensa y presidente del Congreso de los Diputados con José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa. Page es mucho más torpe que Bono, pero es su alumno aventajado en la etapa de Pedro Sánchez y siempre tiene en su boca un calificativo hostil con todo lo que tenga una pátina de catalanidad en esa España uniforme que siempre defiende y que muchas veces no se sabe si habla un socialista o un dirigente del Partido Popular.

Este domingo ha vuelto a la carga tildando a Junts y a Puigdemont de reaccionarios y de extrema derecha y criticando por extensión a Pedro Sánchez por haber troceado el decreto ómnibus y aceptado las exigencias de los independentistas catalanes. Como siempre, Page hace ver que dispara con balas de verdad cuando siempre utiliza las de fogueo. Critica y amenaza, enviando un mensaje también al presidente del gobierno español por no defender a fondo su proyecto político. Lo suyo son las declaraciones en los medios de comunicación conservadores, porque cuando llega el momento de la verdad, un comité federal del PSOE o un Congreso, se acobarda, guarda silencio o simplemente no asiste.

Page hace ver que dispara con balas de verdad cuando siempre utiliza las de fogueo

Pero a Page le funciona, como le funcionó a Bono durante los 28 años que estuvo en primera línea de la política activa. Hoy seguimos sabiendo de él por su presencia en las revistas del corazón o en las páginas de esta materia en los diarios generalistas. Estos días hemos sabido que se está construyendo una mansión importante en Tánger, sin perder de vista sus dominios en la República Dominicana, donde ha hecho, al parecer, una verdadera fortuna y donde obtuvo la nacionalidad del país caribeño en 2020. El incremento patrimonial de José Bono es uno de los grandes secretos del que nada se sabe ni se sabrá, ya que no acostumbran a tener problemas los políticos que han ocupado cargos de alta relevancia y están alineados con una idea de España y hacen bandera política de ello.

Page ha calcado el modelo político de Bono, aunque tenga mucho mucho menos peso en el PSOE que su antecesor y haya acabado siendo una caricatura. Conocidas son también sus confrontaciones con el PSC, su posición en materia de financiación autonómica y su desacuerdo con el sistema de financiación singular acordado entre PSC y ERC con el aval del PSOE. Es para la derecha la gran esperanza blanca dentro del PSOE y para Felipe González, seguramente, el político con el que más se identifica dentro de la actual jerarquía del socialismo español. Tanto es así que el expresidente señaló hace dos semanas que veía bien a Page como sucesor de Sánchez. Por cierto, González también tiene la nacionalidad dominicana.