Un acuerdo de última hora ha suspendido las protestas indefinidas que pensaban llevar a cabo los integrantes de Revolta Pagesa en las carreteras catalanas que, si no sufren un incidente como el del pasado viernes en la AP-7, vivirán un lunes normal. Revolta Pagesa, una organización que, superando los tradicionales sindicatos agrarios, ha conseguido revolucionar el más tranquilo mundo de estos últimos con la Administración, y ha cerrado un acuerdo con el Govern de 19 puntos. Las protestas se iban a llevar a cabo justo un año después de las que se realizaron entonces contra el Govern de Pere Aragonès y de las que ya había habido varias muestras reducidas este domingo tanto en el Alt Urgell como en la Cerdanya. Se producían al no haber avanzado —según los payeses— su plataforma reivindicativa, ahora con un ejecutivo en Catalunya de signo diferente, presidido por el socialista Salvador Illa.

Solo hace falta detenerse en cualquiera de las comarcas agrícolas de Catalunya para pulsar el enorme enfado de un sector primario que lleva tiempo haciendo los deberes en unas condiciones que le son enormemente adversas. Mientras la economía catalana creció un 3,6% en 2024, la agricultura cerró el año con un aumento del 4,1% y rompió la tendencia negativa que arrastraba desde 2022 y que acentuó la sequía en 2023, con un retroceso en ese ejercicio del 17,6%. La permanente mirada centrífuga de todo lo que sucede en la capital atrapa permanentemente a políticos y medios de comunicación catalanes. Así, son capaces de apaciguar conflictos como el de la Casa Orsola, el edificio del Consell de Cent, y que el eco mediático ha envuelto en un símbolo a rescatar mientras los payeses tienen la impresión de un gran abandono.

Nada de eso le es ajeno al conseller de Agricultura, Òscar Ordeig, nacido en Vic y residente en La Seu d'Urgell, que ha pedido tiempo y ha dicho que compartía las protestas. La cuestión es aparentemente sencilla, pero enormemente compleja: ¿cómo se hacen compatibles las demandas de los payeses con la cada vez mayor mirada capitalina de los problemas? Porque los agricultores lo único que ven es que sus dificultades cada vez son mayores y otros canales de comercialización de sus productos son los que verdaderamente se hacen ricos a costa de ellos. Solo hace falta darse una vuelta por los mercados que inundan Catalunya y a los que acuden puntualmente los payeses para vender su género para ver que sus principales exigencias son razonables.

El acuerdo entre payeses y administración es una buena noticia que bien se hubiera podido acordar sin esperar al límite de las movilizaciones

Empezando por la burocracia europea, con exigencias crecientes y un papeleo inabarcable. O siguiendo por las restricciones derivadas de criterios ecológicos y animalistas, los tratados de libre comercio de la UE, la amenaza ucraniana que hace que una parte de los recursos de la PAC vayan en aquella dirección o el trato desigual con otros sectores como el turismo, que se ha visto aliviado en momentos de enorme sequía mientras los payeses sufrían todas las restricciones. El president Salvador Illa, aprovechando el congreso de Unió de Pagesos, que no se ha sumado a las protestas, celebrado este domingo, ha propuesto 20 medidas contra la burocracia en un intento de frenar las movilizaciones y ha anunciado que el martes las aprobará el Govern en su reunión semanal.

Con el reloj ya en marcha y las movilizaciones anunciadas, el actual Govern reaccionó con celeridad, incrementó sus reuniones con Revolta Pagesa y pidió anunciar cerca de las 22 horas que se desconvocaban las movilizaciones. Y eso que en las horas previas al acuerdo, los payeses estaban con una irritación superior a la del pasado año, ya que las promesas del gobierno Aragonès se tradujeron en bien poco: algunas ayudas por la sequía, olvido total de la ley de caza y escasos intentos por mejorar los precios y, sobre todo, un gran olvido de la desburocratización. Por no hablar del acuerdo de libre comercio UE-Mercosur, muy preocupante para los agricultores y las granjas catalanas, ya que permite la entrada de 99.000 toneladas de carne de vacuno desde el mercado sudamericano al europeo a un coste entre un 18% y un 32% inferior al producido en el espacio comunitario.

Ahora, el Govern se ha comprometido a establecer una bonificación del 95% del impuesto de sucesiones y transmisiones, aprobar este mismo martes un primer paquete de medidas de simplificación de trámites como el cuaderno de explotación digital, la creación de una nueva categoría de explotación agraria de carácter familiar, reducción del impuesto de hidrocarburos, ayudas por falta de floración, ayudas por adversidades climáticas, indemnizaciones por daños producidos por la fauna salvaje, control cinegético y una mesa de seguimiento de los acuerdos que se reunirá cada quince días. El acuerdo entre payeses y administración es una buena noticia que bien se hubiera podido acordar sin esperar al límite de las movilizaciones.