A falta de mayor chicha para las elecciones del 12 de mayo y ya inmersos en la precampaña electoral, los partidos han dedicado el cierre de las vacaciones de Semana Santa a avanzar alianzas o a descartarlas después de los comicios. Han abierto el fuego Salvador Illa, del PSC; Jéssica Albiach, cabeza de lista de Comuns Sumar; Alejandro Fernández, candidato del PPC; y, el president Pere Aragonès, con reservas, ya que ha eludido una respuesta clara. Ni el president Carles Puigdemont, ni Laia Estada de la CUP han tenido oportunidad de contestar a la pregunta, aunque a buen seguro deberán abrir el abanico de alianzas en no mucho tiempo.
Ha dicho Salvador Illa, que va por delante en las encuestas que se han publicado hasta la fecha, que no piensan vetar a ninguna formación política tras el 12-M, con el argumento que ellos no son sectarios. Como ejemplo, su número dos en el partido, Lluïsa Moret, ha puesto sus diferentes pactos en diputaciones y en ayuntamientos que, ciertamente, son muy diversos. Moret, al frente de la Diputación de Barcelona, ha resaltado el acuerdo que ella tiene con Esquerra y los comunes para dirigir la corporación provincial. La estrategia socialista parece clara: no enemistarse con los votantes independentistas y con los comunes, hacerles guiños permanentemente, sabiendo que si Junts, ERC y la CUP no suman 68 diputados, o sea la mayoría absoluta, sus posibillidades de acceder al palau de la Generalitat son enormes.
Hay una franja de votantes del independentismo que quiere saber si Junts y ERC se van a apoyar mutuamente o si van a acabar sus votos cerrando acuerdos con el PSC
También ha hablado este domingo Albiach para descartar que su formación política pueda investir Carles Puigdemont después del 12 de mayo. Para la líder de Comuns Sumar su marco posible de acuerdos se circunscribe a PSC, ERC y la CUP. Con los socialistas ya gobiernan en Madrid y a los republicanos les han facilitado el presupuesto del 2023 aunque han tumbado el de 2024, que finalmente ha sido el motivo del adelanto electoral. En el otro extremo, Alejandro Fernández se ha abierto a investir a Salvador Illa después de la cita electoral si el PSOE rompe con Junts y Esquerra en el Congreso de los Diputados. Su declaración tiene un mucho de brindis al sol, como ya se vio en el Ayuntamiento de Barcelona y su apoyo a Jaume Collboni antes que a Xavier Trias.
La papeleta más difícil va a ser la de Pere Aragonès y Carles Puigdemont. Ambos van a tener que pronunciarse en un momento u otro sobre si están dispuestos a que sus diputados voten la candidatura de ERC o Junts si los números suman. También la CUP. El fracaso de los últimos acuerdos de la legislatura pasada no les va a ahorrar una declaración clara, por muy intempestiva que sea para los dos partidos mayoritarios. Es obvio que hay una franja de votantes del independentismo que quiere saber si se van a ayudar apoyándose o si van a acabar sus votos cerrando acuerdos con el PSC.
Porque para los que decían que el eje nacional en estas elecciones iba a tener mucha menos importancia, su análisis igual no era tan certero. La gente quiere cosas concretas, pero también cuál es la idea de Catalunya que cada uno tiene, y si su identidad es nacional o es una región de España.