La manera como se ha resuelto la crisis de Radio Televisión Española, poniendo al frente del ente a la militante socialista Concepción Cascajosa, demuestra por parte del PSOE y del equipo de Moncloa una profunda miopía política del funcionamiento mínimamente independiente de la televisión pública. Sobre todo, porque entre los consejeros descartados también había, a propuesta de los socialistas, personalidades respetables y con un curriculum importante como Ramón Colom. Se da la circunstancia que cuando Carcajosa se presentó al concurso público para ser consejera de RTVE suspendió y quedó en el puesto 86 entre los 95 candidatos.

Como que desde las pasadas elecciones españolas el PSOE sigue una pauta similar de copar todos los puestos de libre designación con personas de férrea militancia socialista, pese a darse la circunstancia de que se produce con los peores resultados electorales y sin contar con mayorías suficientes para este proceder, vale la pena destacarlo. Porque no solo es que los socialistas hacen de su capa un sayo, sino que otros, con sus permanentes apoyos, se lo permiten.

Pasó lo mismo con la agencia EFE, donde se designó a Miguel Ángel Oliver, que entre 2018 y 2021 había sido secretario de estado de comunicación con Pedro Sánchez. Al frente del CIS está José Felix Tezanos, el polémico sociólogo del sector guerrista del PSOE y afiliado al partido desde 1973, llegando a ser miembro de la ejecutiva federal en 2017. Sus pronósticos electorales no han estado exentos de polémica, dándole casi siempre a los socialistas mejores resultados de los que ha acabado teniendo. Bien es cierto que en su haber estuvo el acercarse a los resultados de las pasadas españolas, donde interpretó con acierto que el PP y Vox no tendrían mayoría absoluta. Ha sido, sin embargo, un único éxito relevante.

Desde las pasadas elecciones españolas, el PSOE sigue una pauta similar de copar todos los puestos de libre designación con personas de férrea militancia socialista

La exvicepresidenta Carmen Calvo también se coló sin mérito alguno en la presidencia del Consejo de Estado. Con un pasado también socialista se encuentra el fiscal general del Estado, Alejandro García Ortiz, que no logró el aval del pleno del Consejo General del Poder Judicial al considerar que no era idóneo para el cargo. Podríamos seguir con los presidentes de Renfe, Raül Blanco; de Paradores, Raquel Sánchez; o de Correos, Pedro Saura. Por no hablar de los del Tribunal Constitucional o del Tribunal de Cuentas. No es esa la mejor manera de actuar en política y mucho menos en entes públicos, donde la independencia y la profesionalidad tiene que ser el objetivo a perseguir.

Llenarse la boca de la independencia de los medios públicos y practicar lo contrario tiene un nombre. Pero que eso, además, pase con la aquiescencia de los demás partidos es, además de un error, una enorme miopía. Ya que es en medios como RTVE por donde se puede iniciar a explicar en España una realidad menos uniforme y centralista de la que muchas veces se ofrece.