A falta de poco más de dos semanas para las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos, que se celebrarán el martes 5 de noviembre, la gran mayoría de las encuestas allí publicadas reflejan un empate técnico en el voto popular —con ligera ventaja para la vicepresidenta Harris— y una cierta ventaja para Trump en la mayoría de los siete Estados clave en los que se acabará jugando quién ocupa la Casa Blanca los próximos cuatro años. La ventaja que parecía llevar Kamala Harris el pasado mes de agosto, cuando logró la nominación tras la renuncia de Joe Biden, ha ido desapareciendo hasta vislumbrarse casi un empate total que podría muy fácilmente ser insuficiente para la victoria del partido demócrata.
Las casas de apuestas descuentan este aparente empate como un escenario más favorable para Donald Trump que para Kamala Harris. Un pronóstico basado en tres premisas: en primer lugar, la creencia de que Trump tiene voto oculto, ya que después de los sucesos de hace cuatro años en el Capitolio, la imagen del aspirante a la Casa Blanca ha salido muy deteriorada. En segundo lugar, Trump ha irrumpido las últimas dos semanas como muy favorito en los mercados de predicción de resultados, una situación que no ha dejado de sorprender dado lo que vienen diciendo las encuestas. Y, finalmente, el intento de atentado que sufrió a mediados de julio en Pensilvania y que estuvo a punto de costarle la vida. Pensilvania es uno de los siete Estados clave, aunque también es verdad que las simpatías a un dirigente que sufre un atentado acostumbran a tener fecha de caducidad.
El complejo sistema electoral norteamericano otorga la presidencia al candidato que es capaz de lograr los 270 votos necesarios en el colegio electoral estadounidense para acceder a la Casa Blanca. Coinciden todos los politólogos en que los siete campos de batalla son Arizona, Nevada, Wisconsin, Michigan, Pensilvania, Carolina del Norte y Georgia. Veamos, la media de las encuestas en Arizona, Wisconsin, Michigan, Carolina del Norte y Georgia dan la ventaja a Trump y en Pensilvania y Nevada la situación es más igualada, aunque no favorable a Harris. Si esa tendencia se mantuviera en los 17 días que faltan para las elecciones, Trump tendría claramente a su alcance repetir el mandato que ya ostentó entre 2017 y 2021 y volver a la Casa Blanca con 78 años.
Pero Harris también tiene sus opciones con un resultado aparentemente tan parejo. Una combinación de errores de Trump, mejora de los datos económicos por parte de la administración Biden, mayor presencia en la jornada electoral de latinos, ciudadanos de color y otras minorías por miedo a un segundo mandato del candidato republicano y la percepción de que en el momento crucial que atraviesa el planeta, con conflictos importantes en diferentes lugares, la posición de los demócratas es más equilibrada podría variar los pronósticos. Aunque hay un dato relevante, respecto a los indecisos. Según The New York Times, solo el 5% de los encuestados por el diario se declararon indecisos. Si tiramos de datos históricos, Trump está ahora por encima de los resultados que le dieron las encuestas en 2016 —que ganó— y de 2020, que perdió.