Con el paso al frente dado por la ministra de Educación y portavoz del gobierno, Pilar Alegría, de optar a la secretaría general del PSOE de Aragón, que tendrá lugar en la primavera del próximo año, Pedro Sánchez enseña definitivamente sus cartas sobre cómo piensa volver a recuperar el poder territorial perdido por los socialistas en los últimos años. El Consejo de Ministros pasa a ser la gran plataforma de promoción de los nuevos barones y baronesas para desplazar al PP, que actualmente gobierna en 11 comunidades autónomas, además de Ceuta y Melilla, quedándole a los socialistas españoles las presidencias de Castilla-La Mancha, Asturias y Navarra, además de Catalunya. En las otras dos, el PNV preside el País Vasco y Coalición Canaria las islas Canarias.
Con Alegría serían ya cuatro los ministros que regirían sus organizaciones territoriales, ya que Óscar López, ministro para la Transición Digital y de la Función Pública, acaba de ser nombrado secretario general del PSOE en Madrid tras el conflicto abierto con Juan Lobato, que fue forzado a dimitir por registrar en un notario su conversación tras la filtración de los e-mails de Ayuso. Lobato, técnico de hacienda, buscó protegerse ante futuras imputaciones y eso fue registrado, tan buen punto se supo, como un acto de deslealtad con el partido. Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial y de Memoria Democrática, dirige el PSOE canario desde 2017 y entre 2019 y 2023 presidió el gobierno canario. Finalmente, Diana Morant, ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, dirige la secretaría general del PSPV-PSOE desde marzo de 2024.
Sánchez pretende contar con un control estricto del PSOE en todos los territorios para resistir si antes cae el Gobierno y el PP llega a la Moncloa
A este póquer de barones territoriales hay que añadir a Salvador Illa, en este caso secretario general del PSC, y que fue ministro de Sanidad antes de ser candidato a la Generalitat en 2021 y finalmente president el pasado mes de mayo. Illa gobierna en solitario pese a que tiene 42 de 135 diputados y hasta la fecha lo hace con cierta comodidad, ya que tanto ERC como los Comuns le han facilitado el arranque de la legislatura. Veremos si ahora que los republicanos han cerrado su proceso congresual cambian de estrategia. Esta tranquilidad, sin embargo, no le ha permitido aún presentar los presupuestos de la Generalitat, algo que confía poder hacer en el primer trimestre del año próximo. Presentar las cuentas públicas en Catalunya en tiempo y forma se ha convertido estos últimos años en una verdadera carrera de obstáculos y en los últimos 15 ejercicios solo el conseller Jaume Giró logró que se aprobaran tal día como este lunes, el 23 de diciembre de 2021. En todos los otros casos, o se han prorrogado o se han aprobado ya bien entrado el año.
Aunque la legislatura española está en la UCI, el Gobierno ha perdido claramente la mayoría de investidura y el próximo 7 de enero tendrá que dar luz verde a la iniciativa legislativa de Junts que obliga a Pedro Sánchez a presentar una cuestión de confianza si no quiere quedarse sin el apoyo de los independentistas por lo que resta hasta julio de 2027, el secretario general del PSOE pretende dar la batalla territorial al PP en las próximas autonómicas y municipales. También, contar con un control estricto de la organización en todos los territorios para resistir si antes cae el gobierno y el PP llega a la Moncloa. Con Sánchez todo tiene un objetivo y el manual de resistencia sigue siendo su libro de cabecera.