Se cumple este sábado el séptimo aniversario del atentado yihadista en Barcelona y Cambrils, que causó 16 muertos y 152 heridos. El atentado, como es de sobras conocido, tuvo su epicentro en las Ramblas de Barcelona, cuando una de las furgonetas de alquiler contratadas por los terroristas embistió durante 550 metros a decenas de personas en la parte más cercana a plaza Catalunya. Han pasado siete años, ha habido un juicio, se han producido unas condenas y, sin embargo, existe en amplios sectores de la opinión pública catalana la impresión de que no se llegó hasta el final. Que hay algo que incomoda al Estado español.
Desde diferentes sectores sociales y políticos, se han realizado numerosas gestiones, incluso se ha presentado, tras la sentencia de la Audiencia Nacional, un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, por parte de los padres de un niño de 3 años fallecido en las Ramblas, asegurando que se les había vulnerado el derecho a tener tutela judicial efectiva para hacer cumplir el derecho a la verdad de los atentados. El Constitucional lo ha rechazado y sus letrados han señalado que proseguirán su periplo judicial y pedirán amparo al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
Existe en amplios sectores de la opinión pública catalana la impresión de que no se llegó hasta el final, que hay algo que incomoda al Estado español
Si este ha sido el recorrido judicial, ha habido otro no menor en el ámbito político. La fragilidad parlamentaria de Pedro Sánchez tras las elecciones de julio del pasado año, le obligó a hacer una serie de concesiones a los independentistas catalanes —entre ellos a Junts—, como la creación de una comisión en el Congreso de los Diputados para esclarecer las dudas existentes. Este acuerdo duerme el sueño de los justos, ya que todo han sido obstáculos. Ciertamente, se creó la comisión con los votos de la mayoría de la investidura del presidente del Gobierno, pero nada más ha seguido el camino previsto. El pasado mes de marzo, se reunió por primera vez la comisión y el resultado fue desolador, ya que no se pudo consensuar ningún plan de trabajo.
El escollo continúa siendo el mismo. Esclarecer el papel de imán de Ripoll Abdelbaki es Satty y su papel como agente del CNI. Esta sigue siendo una carpeta cerrada a cal y canto. Como es sabido, Es Satty, cabecilla e ideólogo, falleció la víspera de los atentados en Alcanar, donde se produjo una explosión mientras se preparaban los atentados. En 2022, el excomisario Villarejo afirmó en sede judicial que el CNI estaba detrás de los atentados de Barcelona y Cambrils. "Fue un error grave del señor Félix Sanz Roldán (exdirector del CNI), que calculó mal las consecuencias para darle un pequeño susto a Catalunya". La justicia no estiró de este hilo, pero una comisión de investigación en el Congreso sí podría hacerlo.
Pero nada de eso acaba siendo posible y siete años después la carpeta no se puede cerrar. Sigue habiendo cosas que esclarecer.