La detención de una vicepresidenta del Parlamento Europeo, la griega Eva Kaili, y otras cuatro personas relacionadas con la eurocámara acusadas de aceptar sobornos de Qatar para mejorar la imagen del emirato ha puesto patas arriba el siempre tranquilo mundo comunitario de Bruselas. El hecho de que Kaili forme parte de la familia socialista en la eurocámara ha dinamitado este grupo político en un escándalo de soborno del que se desconoce el final de sus ramificaciones. Este sábado, el padre de la vicepresidenta también fue detenido por la policía belga cuando pretendía abandonar su domicilio con bolsas repletas de dinero.

Qatar, que había sorteado mejor de lo previsto inicialmente la celebración del mundial de fútbol en su país y todo el mundo estaba más concentrado en los resultados deportivos que en el turbio peregrinaje para su celebración, ha visto cómo le estallaba a una semana de la finalización del campeonato una auténtica bomba de relojería con todos los ingredientes para que queden marcados para la historia. Además de Kaili han sido detenidos su compañero, un asesor parlamentario italiano en el ámbito de los derechos humanos, y otros tres italianos más, un exeurodiputado fundador de una ONG, el secretario general de la Confederación Sindical Internacional (CSI) y una cuarta persona vinculada como secretario general a una organización que trabaja para la protección y promoción de los derechos humanos y la democracia.

La vinculación entre Qatar, corrupción y el Parlamento Europeo es un auténtico terremoto en una cámara con competencias limitadas pero muy necesitada de mejorar su reputación. Vamos a ver qué acabará concluyendo la fiscalía belga, pero la apariencia y los datos conocidos son enormemente turbios y preocupantes a la espera de que en las próximas horas pasen a disposición judicial. Tendrá que abrir, también, el Parlamento Europeo una investigación para conocer si Qatar influyó en decisiones económicas y políticas, algo que, a estas alturas, cabe dar como más que probable.

Transparencia Internacional hace tiempo que sostiene que el control del Parlamento Europeo es defectuoso y que desde hace décadas se ha permitido que se desarrolle una cultura de la impunidad y una ausencia total de control ético independiente. Estaríamos, según esta ONG, ante una práctica y no ante un incidente aislado. El lobby qatarí ha quedado al descubierto, veremos a partir de ahora las ganas que hay de estirar de la manta por parte de unos y de otros. O si se unen para no hacer nada y volver a dejarlo debajo de la alfombra.