Los compromisarios del Fútbol Club Barcelona han aprobado este domingo el acuerdo de patrocinio alcanzado entre la entidad presidida por Joan Laporta y Spotify, y que supondrá una inyección para las arcas blaugranas en los próximos años de 435 millones de euros. En una temporada de transición después del calamitoso pase por la presidencia de Josep Maria Bartomeu, Laporta ha enderezado la marcha deportiva del club incorporando a Xavi Hernández al frente de la primera plantilla del equipo masculino de fútbol, ha devuelto la ilusión a la parroquia blaugrana, que de tener la temporada perdida aún puede dar alguna alegría en forma de título a los aficionados, y ha cerrado el acuerdo con Spotify, la multinacional sueco-estadounidense de música que cuenta con alrededor de 490 millones de usuarios activos en todo el planeta.
El resultado de la votación de los socios fue abrumador: 625 votos a favor, 49 en contra y 27 en blanco. Un porcentaje que va más allá del acuerdo sobre el patrocinador que sustituirá a Rakuten, y que es también un aval a la junta directiva cuando se ha cumplido hace muy pocas semanas un año desde que se volvió a hacer cargo de la entidad. En estos casi 13 meses, Laporta ha demostrado que había un camino para salir del pozo en que la entidad se encontraba y que podía aspirar a volver a partir de la próxima temporada a la élite deportiva. El 0-4 en el estadio Bernabéu de hace dos semanas ha certificado que no era una quimera y le ha dado al club el empuje necesario para aspirar a revertir la difícil situación económica que amenazaba hace muy pocos meses con colapsar el club.
Al acuerdo económico de patrocinio, Laporta ha incorporado que Spotify haga su app también en catalán. El hecho de que un club de fútbol establezca entre las condiciones del acuerdo que la empresa musical esté obligada a presentar próximamente su aplicación en lengua catalana, remarcando que es debido a que "es el idioma oficial de nuestro club y de Catalunya", explica con enorme precisión qué quiere decir que el Barça es más que un club. Pues eso: en pleno desconcierto por el retroceso del catalán, las injerencias judiciales que fijan incluso el porcentaje de castellano en las escuelas y el desbarajuste de partidos y sociedad civil para dar una respuesta adecuada, Laporta da un puñetazo encima de la mesa y desacomplejadamente pone un triunfo al servicio del país.
Ese es el camino de una entidad puntera como el Barça y la mejor manera de comprender lo que también puede hacer el club por Catalunya. Ya sé que la gestión de un presidente de fútbol se valora por sus éxitos deportivos y por el balance económico, y que es difícil que haya continuidad si estos se tambalean. Pero como hemos señalado, en los casi 13 meses las cosas se han hecho razonablemente bien y la guinda de ofrecer la APP en catalán no es la cereza del pastel. Es una manera determinada de querer que el pastel tenga unos ingredientes u otros. También de cambiar los errores de la calamitosa gestión de Bartomeu rebajando que el Barça es más que un club.