Con la aprobación, por parte de los militantes de Junts, de la lista de Xavier Trias a la alcaldía de Barcelona en las municipales del próximo 28 de mayo, el veterano político, que se presenta para ocupar el cargo que ya ostentó entre 2011 y 2015, cristaliza la primera reunificación de todo el espacio postconvergente. Es obvio que Junts no es ideológicamente hablando solo eso, y siempre hay cargos o militantes del partido que se apresuran a señalar que ellos nunca habían estado en Convergència y menos en Unió. Y tienen razón. Pero la operación política de ligar en Barcelona la mayonesa, entre los trozos hechos añicos que se han ido produciendo en las sucesivas escisiones de aquella Convergència i Unió, Trias la ha llevado a cabo, incluso con ruido público y en el seno del partido muy inferior al que algunos pronosticaban (y, seguramente, también querían).
Cuatro son las características de su candidatura: en primer lugar, el sello Trias, claramente identificable, con el que ha tenido carta blanca y ha ejercido su autoridad en la lista hasta el detalle más pequeño. En segundo lugar, el equilibrio entre la meritocracia y la lealtad —Neus Munte (2) y Jordi Martí (3)— con los rostros más conocidos por su etapa reciente o no muy lejana de consellers —Victòria Alsina (4), Damià Calvet (5) y Ramon Tremosa (10)—. En tercer lugar, el acuerdo con el PDeCAT, un partido muy desangrado porque sus cuadros procedentes de la extinta Convergència o bien habían ido integrándose en Junts o se habían ido a casa, pero que tenía capacidad para restarle algunos miles de votos que quién sabe si a la postre hubieran sido claves para ganar Barcelona. De hecho, en las pasadas elecciones catalanas de febrero de 2021, si Junts y PDeCAT se hubieran presentado conjuntamente hubieran alcanzado, sumando los votos que tuvo cada uno, la segunda posición —tras el PSC— en vez de la tercera —también los adelantó Esquerra—.
Y, en cuarto lugar, el acuerdo con Demòcrates, el partido independentista que lidera Toni Castellà, que contará con la diputada en el Parlament Titón Laïlla en la novena posición, y Moviment d'Esquerres (MES), una pequeña organización de ideología socialdemócrata e independentista catalana cuya representante irá en la posición 17. El flanco más independentista tiene así en posiciones de salida a Josep Rius —muy identificado con Puigdemont— en la séptima posición, y a Laïlla. En cambio, no hay en posiciones de salida —en principio— rostros próximos a la presidenta del partido, Laura Borràs, en pocos días expresidenta del Parlament tras la sentencia del TSJC y la resolución de este jueves de la Junta Electoral Central. Trias zanjó un escarceo del diputado y abogado Jaume Alonso-Cuevillas públicamente, con una respuesta contundente: "Necesito que haya gente que entienda que el número uno soy yo".
Trias ha hecho, por tanto, un cesto muy a su medida —para algunos exageradamente a su medida— y sin sorpresas, esperando concentrar el voto anti Colau, que repiten las encuestas que existe y que es muy elevado, con una lista que pueda recoger votantes del PSC, de Esquerra e incluso del PP y de Ciudadanos. De ahí su insistencia en que es el único candidato a la alcaldía de Barcelona que no apoyará, en ninguna circunstancia, a Ada Colau, pero con guiños directos a socialistas y republicanos, para facilitar un hipotético trasvase de votos: si no gana el domingo 28 de mayo y ellos quedan primeros, los apoyará para que lleguen a la alcaldía.