Tal día como hoy del año 1904, hace 120 años, en Barcelona, moría el abogado y periodista Valentí Almirall  Llozer, que había sido una figura primordial en la política catalana de la Renaixença (segunda mitad del siglo XIX). Fue uno de los fundadores del movimiento republicano y federalista catalán, que proponía una nueva arquitectura política del Estado español. Almirall abogó por la transformación de España en una república federal o confederal, y por la restauración de los autogobiernos de las naciones históricas: el Estado catalán dentro de la República federal o confederal española que, medio siglo más tarde (1931-1939) reivindicarían los presidentes Macià y Companys. Por este motivo, Almirall es considerado el padre del catalanismo moderno.

Valentí Almirall había nacido en 1841 en Barcelona en una familia acomodada, formada por Josep Almirall Alier, comerciante de coloniales, y Josepa Llozer Cebrià, miembro de una familia baronial que clavaba sus raíces en la baja edad media catalana. No obstante, Almirall nunca utilizó el título de barón de El Papiol, que le correspondía por primogenitura. Durante su juventud cursó tres carreras universitarias: Bellas Artes (inacabada), Filosofía y, finalmente, Derecho. También estudió idiomas, y llegó a dominar seis lenguas (catalán, castellano, francés, inglés, italiano y alemán). Su poliglotía le permitiría viajar por toda Europa, conocer los movimientos políticos e intelectuales modernos y formar su ideología republicana y catalanista.

Se inició en la política con la Revolución Gloriosa que destronó y expulsó a Isabel II (1868). En 1870 participó en la revuelta contra el reclutamiento forzoso de jóvenes catalanes al ejército español. En 1882 fundó el Centre Català, el primer partido político de obediencia catalana (desde sus filas condenó a los políticos catalanes sometidos a la disciplina de Madrid). En 1879 fundó el Diari Catalá, el primer rotativo de prensa publicado exclusivamente en lengua catalana. En 1885 fue redactor-ponente del Memorial de Agravios, dirigido a Alfonso XII, que inspiraría las Bases de Manresa (1892), primer intento serio de recuperación del autogobierno de Catalunya. Y en 1886 publicó su obra primordial: Lo catalanisme (El catalanismo).