Tal día como hoy del año 1424, hace 600 años, en Ocaña (corona castellanoleonesa), moría el militar y diplomático Jordi de Sant Jordi, que pasaría a la posteridad como el autor de una veintena de composiciones poéticas trovadorescas de una gran calidad. Durante su existencia ya fue considerado un gran poeta, pero los actuales académicos lo catalogan como una de las principales figuras de la literatura del siglo de oro valenciano (siglo XV) y como el último trovador en lengua catalana. El tema principal de su obra fue el amor cortés e imposible. En su caso, la destinataria de sus versos sería la reina Margarita de Prades, segunda esposa y viuda del difunto rey Martín I, llamado el Humano, considerada la mujer más bella de su época.

Jordi de Sant Jordi había nacido en torno a 1395 en algún lugar del País Valencià. Era hijo de una familia de la élite morisca valenciana que le procuró una carrera profesional. A partir de 1420 participó en varias acciones militares de gran envergadura (expediciones navales en Cerdeña y en Córcega) siempre en torno al rey Alfonso el Magnánimo. Jordi de Sant Jordi era catalanohablante, como todos los miembros de las capas altas del mundo morisco valenciano, a diferencia de los estratos más humildes de aquella comunidad que no habían hecho el camino de integración hacia la lengua de la mayoría cristiana. También formaba parte de un elitista grupo de origen morisco, cristiano y catalanohablante, que el poder presentaba y exhibía como un ejemplo de éxito social y profesional.

Jordi de Sant Jordi murió a los 29 años mientras participaba en unas negociaciones diplomáticas en Ocaña para obtener la liberación del infante Enrique de Aragón, hermano pequeño del rey Alfonso el Magnánimo, que había sido encarcelado por orden de su primo, el rey Juan II de Castilla y de León, por sus intrigas que perseguían el trono de Toledo. Por alguna razón desconocida, otorgó testamento una semana antes de morir. Es probable que la causa que lo condujo a la muerte estuviera relacionada con alguna enfermedad contraída durante el largo cautiverio que había sufrido en Nápoles, por parte de Francesco Sforza, en el primer intento catalán de ocupación de la ciudad (1423). Durante aquel cautiverio escribiría su poema más conocido: "Presoner".