Tal día como hoy del año 1381, hace 643 años, en Smithfield (por aquel entonces una población al norte de Londres y actualmente un barrio de la capital inglesa), se producía el encuentro entre el rey Ricardo II y Wat Tyler, líder de la revolución de los campesinos inglesa que exigía la derogación del régimen feudal. El rey y Tyler se encontraron en Smithfield para parlamentar y encontrar una salida negociada a la crisis. Pero ambos se habían presentado con sus respectivos ejércitos. Ricardo II, que en ese momento no era más que un chico de catorce años, venía acompañado por sus tíos y regentes, los duques de Lancaster, de York y de Gloucester; por el séquito real y por un ejército de 8.000 efectivos, formado, principalmente, por las huestes de los principales barones feudales del reino. Mientras que Tyler se había presentado a la reunión con 12.000 campesinos armados.

Inglaterra estaba sumida en una crisis muy profunda, provocada por los efectos de la peste negra (1348-1351) y sus sucesivos rebrotes, y la clase campesina (que representaba a los 2/3 de la población del país) reclamaba el fin del opresivo régimen feudal. Pero la corona y la nobleza, en vez de negociar estas reivindicaciones, se habían implicado en varias guerras en el continente. Y la chispa que haría saltar la revolución sería la promulgación de un impuesto extraordinario para financiar dichas guerras. El campesinado inglés, liderado por el excapitán del ejército Wat Tyler y por el religioso John Ball (precursor de la reforma inglesa) se sublevó por todo el país con la contraseña “John the miller; grind fine, fine, fine” (Juan el molinero; muele fino, fino, fino). El 15 de junio ya tenían el control de buena parte del país y ya habían rodeado la capital.

El rey y la nobleza, asustados por el cariz de los acontecimientos, organizaron una reunión. Y Tyler, confiado en que sus enemigos se conducirían como caballeros, acudió solo. En un momento de la reunión, William Walworth, comerciante de pescado, alcalde de Londres y partidario del rey, desenvainó su daga y se la clavó en el cuello del líder de la revolución, provocándole la muerte. La desaparición del liderazgo militar de Tyler condenaría el movimiento revolucionario a la derrota. Ball fue incapaz de ocupar el sitio de Tyler, y tan solo un mes después (15 de julio de 1381), los revolucionarios eran derrotados en Coventry y sus nuevos líderes eran capturados y ejecutados; en un final dramático idéntico al de la Grand Jacquerie francesa de 1358, en la que el rey de Carlos II de Francia había asesinado al líder campesino Guillermo Caillet mientras parlamentaban.