Tal día como hoy del año 1282, hace 741 años, los almogávares desembarcaban en el puerto de Trapani —en el extremo nordoccidental de Sicilia— e iniciaban la conquista de la isla. Según las fuentes documentales de la época, las fuerzas del usurpador Carlos de Anjou no habían previsto el punto exacto del desembarque catalán y, cuando tuvieron noticia de que los almogávares ya habían tocado tierra, se retiraron precipitadamente hacia la zona nordoriental de la isla, buscando el estrecho de Mesina, que les podía facilitar la huida hacia la península italiana. Esa operación bélica fue dirigida por el rey Pedro II, como lo atestiguan las ilustraciones de la época. Solo cinco días después (4 de septiembre de 1282), los almogávares liberaban Palermo y Mesina.

Los almogávares eran un cuerpo de infantería rápida formado por mercenarios cristianos y musulmanes y creado durante el siglo X por los dominios de Urgell, Ribagorça y Aragón. Inicialmente, eran contratados para operaciones de castigo contra posiciones avanzadas o alquerías ricas de los potentes dominios árabes del valle del Ebro. Pero con el transcurso del tiempo, esa relación se hizo más estrecha, y a inicios del siglo XII ya les encontramos como mercenarios del rey Alfonso I de Aragón durante toda la campaña de conquista de Zaragoza (1118). En la conquista de Sicilia (1282), su presencia en la hueste real ya era habitual y permanente. Sus oficiales eran miembros de la pequeña nobleza catalana, pero la tropa estaba formada por soldados de mala vida y delincuentes redimidos.

La empresa siciliana fue la segunda gran operación de conquista de la expansión catalana en el Mediterráneo. Y se justificó sobre los legítimos derechos de la reina Constanza de Sicilia, esposa del rey Pedro II, que había sido usurpada por los angevinos. En 1266, el rey Manfredo I —padre de Constanza y suegro de Pedro— había sido muerto y usurpado en una conjura bélica promovida por el Pontificado y la Corona francesa. En su lugar, el papa Urbano IV había nombrado a Carlos de Anjou, hermano del rey Luis IX de Francia. Y desde entonces los franceses habían desatado una brutal represión, que había conducido a centenares de familias al exilio. Una de esas familias sería la de Roger de Llúria, jefe de los almogávares que recuperaron Sicilia para su legítima reina.