Tal día como hoy del año 1905, hace 112 años, al militante anarquista Josep Sala i Comes, armado con un cuchillo y un revólver, intentó asesinar al obispo de Barcelona Salvador Casañas i Pagès. El intento de asesinato se produjo en el umbral de la puerta del claustro de la catedral de Barcelona. Sala, esgrimiendo un puñal, se abalanzó sobre el obispo, pero la rápida intervención de los acompañantes de Casañas, el decano Dachs y el vicario Polo, evitó el asesinato. Instantes después, Sala sería reducido en el mismo claustro por un policía municipal y por un peatón, y quedaría gravemente contusionado en la cara. Pocas horas más tarde ingresaría en el preventorio de Sant Felip Neri.
Salvador Casañas i Pagès, nacido en Barcelona en 1834, era obispo de Barcelona y cardenal del título de Santi Quirico e Giulitta. Casañas, que había relevado al popular obispo Urquinaona, era un entusiasta continuador de la tarea de colaboración de la Iglesia catalana con la Renaixença, el movimiento de renacimiento cultural, político y nacional de Catalunya. Su antecesor Urquinaona había conseguido que el Pontificado consagrara a la Virgen de Montserrat como patrona de Catalunya (1880), a pesar de las reticencias vaticanas a reconocer singularidades nacionales. Y Casañas era uno de los principales impulsores de la participación del catalanismo católico en el movimiento político catalanista.
Josep Sala i Comes, nacido en Vic y tejedor de profesión, era un activo militante anarquista y libertario y un viejo conocido de la policía. Había participado en varios mítines de protesta contra los procesos militares de Montjuïc, los juicios contra los dirigentes del movimiento anarquista obrero catalán acusados de perpetrar el atentado terrorista en la calle de los Canvis Nous de Barcelona contra la procesión de Corpus de 1896, que había causado 12 muertos y 35 heridos. Horas después del intento de asesinato del obispo Casañas, Sala prestaría declaración judicial y sería trasladado a la prisión. Moriría al día siguiente, envenenado según la versión oficial, a pesar de que la autopsia reveló que no había veneno en su cuerpo.