Tal día como hoy del año 1617, hace 408 años, en París, la guardia del rey menor de edad Luis XIII —que sería el segundo Borbón en el trono de París—, dirigida por Nicolas de l'Hospital —barón de Vitry—, asesinaba a tiros a Concino Concini, mariscal de Francia, favorito de la reina-regente María de Médici (viuda del rey Enrique IV, primer Borbón en el trono de París) y auténtico hombre fuerte del poder en Francia. Concini fue asaltado en el vestíbulo del Palacio del Louvre (en aquel momento, la residencia de la corte real). Vitry y la guardia real lo arrinconaron y le asestaron tres disparos de pistola, que le alcanzaron en la cara y el cuello, y lo remataron a golpes de espada.
Concini había nacido en 1569 en Florencia (ducado independiente de la Toscana), en una familia dedicada al servicio de la cancillería. En 1600, María de Médici —de la casa ducal toscana— era esposada con el rey Enrique IV de Francia, y Concini y la que sería su futura esposa, Dora Galigai, la acompañaron a París como parte de su séquito personal. La debilidad de la nueva estirpe borbónica, que había llegado al trono pocos años antes (1589) como solución de compromiso para acabar con una mortífera guerra civil que desangraba al país, sería aprovechado por la pareja Concini para ascender en la escalera del poder hasta convertirse en los personajes más ricos y poderosos del reino.
Con el asesinato de Enrique IV (1610) y la regencia de María de Médici (hasta la mayoría de Luis XIII, 1617), Concini se convirtió en el verdadero gobernante de Francia y la primera fortuna del reino, incluso superior a la de la familia real (su patrimonio equivalía a la mitad del presupuesto anual de Francia). Y nombró y destituyó a ministros (a través de la reina-regente) siempre en función de sus intereses. Poco antes de ser asesinado, Concini disponía de un ejército personal de 7.000 efectivos —que impedía su arresto y la acción de la justicia— para perpetrar un golpe de Estado que lo habría conducido al trono. Cuando ello parecía inevitable, se produjo una conspiración para asesinarlo.
En el asesinato de Concino Concini estaban implicados el rey menor de edad Luis XIII (por aquel entonces un chico de dieciséis años) y los jefes de las principales casas nobiliarias de Francia. Incluso estaba implicado Richelieu, protegido de Concini y que después del asesinato del toscano ocuparía su puesto como primer ministro de Francia. A continuación, el patrimonio de Concini fue confiscado por el estado y su ejército privado fue desarticulado. Su viuda Dora Galigai fue acusada de nigromancia, arrestada, torturada y ejecutada. Los cadáveres de los Concini, una pareja que habría podido crear una nueva dinastía real en Francia, fueron arrastrados por las calles de París y apedreados por la multitud.