Tal día como hoy del año 1945, hace 80 años, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y en las dunas de la playa de Bloemendaal (Holanda Septentrional, Países Bajos), un pelotón paramilitar del NSB (el partido nazi neerlandés colaboracionista con la ocupación alemana) asesinaba de una ráfaga de ametralladora por la espalda a la activista Jannetje Johanna Schaft, de 25 años y conocida en los círculos de la resistencia con el nombre de Hannie Schaft.
Hannie Schaft había sido detenida en Haarlem (Países Bajos) el 21 de marzo anterior, en un control de la Sicherheitzpolizei (la policía "antiterrorista" del régimen nazi alemán). Después de ser brutalmente torturada y violada, la policía alemana estaba dispuesta a liberarla. La guerra estaba en sus postrimerías, los alemanes habían iniciado las maniobras de repliegue y existía un acuerdo tácito entre los ocupantes y la resistencia de no fusilar a mujeres ni niños.
Pero en vez de liberarla, se la entregaron a Emil Rühl, jefe del NSB nazi neerlandés, que la reclamó y la acusó de la muerte de varios elementos colaboracionistas. Rühl y un grupo de nazis neerlandeses la condujeron hasta las dunas de Bloemendaal (a cinco kilómetros al oeste de Haarlem, la ciudad donde había sido detenida, torturada y violada) y le aplicaron la denominada "ley de fugas". La enterraron allí mismo, sin ningún tipo de señal.
En el momento en que fue asesinada, Hannie Schaft era uno de los activos más destacados de la resistencia neerlandesa. Había fabricado un salvoconducto falso que le permitía moverse con libertad. De este modo, con sus propios medios, cartografió las defensas alemanas en la costa neerlandesa (que sería de gran utilidad para las operaciones militares de los aliados), y con sus propios medios liquidó a más de 200 policías y paramilitares del régimen nazi alemán destacados en los Países Bajos ocupados.
También elaboró una lista de colaboracionistas que "trabajaban" discretamente para los nazis. Y, con sus propios medios, liquidó a una docena. En una de las acciones de la resistencia contra un colaboracionista, sospechó que el crimen organizado se había infiltrado en la resistencia. Lo investigó e informó a sus jefes, quienes, acto seguido, ejecutaron a aquellos mafiosos. Posteriormente, se diría que Schaft había sido delatada por el crimen organizado como venganza por su investigación.