Tal día como hoy del año 1698, hace 327 años, el ejército francés, comandado por Luis-José de Borbón, duque de Vendôme y primo sobrino del rey Luis XIV de Francia, salía de Barcelona e iniciaba su retirada hacia el otro lado de los Pirineos. Aquella retirada formaba parte de los acuerdos que ponían fin a la Guerra de los Nueve Años (1688-1697) que había enfrentado a la monarquía francesa con una alianza formada por la monarquía hispánica, Inglaterra, Portugal, los Países Bajos, Suecia, Dinamarca y el Sacro Imperio. Versalles había planteado aquella invasión como una reedición de la Guerra de Separación de Catalunya (1640-1652/59), pero con el objetivo diferenciado —con respecto al anterior conflicto— de incorporar el Principat a Francia como una región más. Era la segunda vez en medio siglo que los franceses se retiraban de Catalunya.
La invasión francesa de Catalunya se había iniciado en junio de 1694, cuando el ejército francés había alcanzado sus objetivos a la línea del río Rin y había podido desplazar y concentrar todas sus fuerzas en los Pirineos. Las tropas hispánicas nunca pudieron hacer frente al avance francés. Entre junio y agosto de 1697, Vendôme puso sitio a Barcelona y tras un brutal bombardeo que se saldó con 5.000 muertos civiles (el 10% de la población de la ciudad), el virrey hispánico Fernández de Velasco huyó en plena noche, abandonando a su suerte a la ciudad y a sus defensas militares. Posteriormente, se sabría que Fernández de Velasco había pactado con Vendôme su huida y la entrega de la ciudad y, cuando Felipe V —nieto de Lluís XIV— alcanza el trono hispánico (1701), se le recompensa renovándole la confianza como virrey de Catalunya.
Poco después de la defección de Fernández de Velasco y la caída de Barcelona (10 de agosto de 1697), los contendientes asumieron que aquella guerra había llegado a un punto de no progresión y pactaron una paz. En los acuerdos firmados en la ciudad neerlandesa de Rijswijk (20 de septiembre de 1697), las potencias contendientes decidieron volver a las fronteras anteriores al conflicto, excepto algunas modificaciones: los franceses consolidaban Alsacia (que había perdido su independencia en 1648) y obtenían la mitad oriental de la isla de la Hispaniola (actual Haití, que era cedida por la monarquía hispánica). Y a cambio, devolvían el Principat al edificio político hispánico, pero se reservaban su dominio sobre el Rosselló y la Cerdanya (que habían sido cedidos por la monarquía hispánica con la Paz de los Pirineos de 1659-1660).