Tal día como hoy del año 2021, hace cuatro años, finalizaba un fenómeno tempestuoso de gran alcance que había afectado a Catalunya durante los cuatro días anteriores (7 a 11 de enero de 2021). Según el Servei Català de Meteorologia (Meteocat), ese fenómeno se habría formado por la interacción de un frente de aire cálido y húmedo procedente del océano Atlántico —que se desplazaba de oeste a este— con una masa de aire mucho más frío, que estaba estacionada sobre la península Ibérica. Como resultado, se produjeron fuertes episodios de viento en el sur peninsular y de descenso acusado de las temperaturas en el centro peninsular y en la costa mediterránea, con nevadas importantes en cotas bajas.
En Catalunya, la borrasca Filomena dejó un fuerte temporal marítimo, con olas de hasta 9 m de altura, que golpearon y alteraron la línea de la costa. En el hemidelta sur del Ebro, las olas rompieron la barra del Trabucador —un brazo de tierra que une la playa de los Eucaliptus y la punta del Galatxo, y que cierra el puerto natural de los Alfacs. Y en las costas del Camp de Tarragona y del Maresme, el temporal se llevó la arena de muchas playas, amenazando la estabilidad de algunos paseos marítimos, de algunos tramos de la vía del ferrocarril que discurre en paralelo a la costa y de algunas construcciones residenciales próximas a la línea del mar.
También se produjeron nevadas importantes en el interior, especialmente en el suroeste y en el norte del país. En puntos del Baix Ebre y del Priorat nevó durante 48 horas seguidas (9 y 10 de enero) y se acumularon grosores de nieve de unos 60 cm. En Falset (Priorat) y en Alfara dels Ports (Baix Ebre), 62 cm de nieve; en Horta de Sant Joan y en Arnes (ambos en la Terra Alta), 56 cm, y en Ciuret (Osona), Espot (Pallars Sobirà) y Boí (Alta Ribagorça), en torno a los 50 cm. Y en algunos pueblos del Segrià, como Seròs; de las Garrigues, como La Granadella o de la Conca de Barberà, como Poblet, se acumularon más de 20 cm.
Posteriormente, el frío intenso —que generaba la nieve convertida en hielo y que causaba un efecto congelador— pasó a ser el elemento dominador del paisaje del país. Y durante las dos semanas posteriores al paso de la borrasca Filomena, las temperaturas cayeron en picado hasta mínimos que no se registraban desde hacía más de una década.