Tal día como hoy del año 1516, hace 509 años, en Gante (condado independiente de Flandes, del edificio político austroborgoñón), Carlos de Gante, hijo del difunto Felipe de Habsburgo —apodado “el Bello”— y de Juana de Trastámara —apodada “la Loca”—, hacía aceptación de la herencia de su abuelo materno, Fernando el Católico, y se autoproclamaba rey de la Corona catalanoaragonesa. Cuando eso sucedió, hacía siete semanas que había fallecido el rey Fernando (23 de enero de 1516). Sin embargo, el sistema institucional catalanoaragonés —como todos los sistemas de la Europa de la época— obligaba al sucesor a presentarse ante los estamentos de cada uno de los estados que formaban aquel edificio político y negociar su coronación.

En cambio, por lo que respectaba al trono castellanoleonés, el rey Fernando había sido rey-consorte (1484-1504) y regente (1506-1516) y, por lo tanto, no podía transmitir la corona. Esta estaba en poder de su hija Juana —apodada “la Loca”— desde la muerte de Isabel la Católica (1504), aunque, poco después de su coronación, sería apartada (1506) por una supuesta enfermedad mental y su padre, Fernando, pasaría a ejercer la regencia. En este caso, Carlos tampoco esperó a reunir a las cortes castellanoleonesas y negoció su coronación. Y, en Gante, también se autoproclamó rey de Castilla y de León, junto con su madre (recluida en Tordesillas). No lo haría hasta 1518, y en aquel momento los castellanos solo se atreverían a pedirle que aprendiera la lengua castellana.

A Barcelona no llegaría hasta el 15 de febrero de 1519 (casi tres años más tarde de la autoproclamación de Gante). Carlos llegó en una posición de fuerza (los estamentos castellanoleoneses y aragoneses ya lo habían aceptado como rey), pero, sin embargo, estuvo negociando con los estamentos del poder catalanes durante dos meses, lo cual pone de relieve que Catalunya —a pesar de las durísimas crisis del siglo anterior— todavía jugaba un papel muy importante. El 16 de abril de 1519, Carlos de Gante juraba las Constituciones de Catalunya y era nombrado conde independiente de Barcelona. Durante su estancia en la capital catalana, recibió a los representantes de las Germanías valencianas y los autorizó a armarse para defender las villas costeras de los ataques corsarios turcos.