Tal día como hoy del año 1704, hace 320 años, en el contexto de la guerra de Sucesión hispánica, se efectuaba la operación de conquista aliada de Gibraltar. A primera hora de la mañana, un grupo naval inglés, austríaco y neerlandés, formado por unos 3.500 hombres a bordo de unas sesenta naves (45 navíos, 6 fragatas y una docena de embarcaciones menores), empezaba el bombardeo sobre la plaza y castillo de Gibraltar.

En aquel momento, Gibraltar estaba defendido por una guarnición castellana, que se había mantenido fiel al Borbón hispánico, formada por una sesentena de soldados y unos ciento cincuenta civiles que se habían sumado a los militares. La guarnición borbónica de Gibraltar estaba comandada por el corregidor Cayo Antonio Prieto y por el gobernador militar Diego Gómez de Salinas.

La rápida rendición de la plaza y castillo de Gibraltar (después de un combate de cinco horas escasas) fue objeto de muchas críticas al mando hispánico. El gobernador Diego Gómez de Salinas fue condenado a una situación de ostracismo. Fue destinado a una pequeña guarnición en una zona montañosa y aislada de Cuenca, y no pudo abandonar este destino hasta poco antes de su muerte.

En cambio, los mandos de la fuerza aliada, el almirante inglés Goerge Rooke y el príncipe alemán Georg von Hessen-Darmstadt, virrey hispánico en Catalunya durante el reinado de Carlos II y cesado por Felipe V al tomar posesión del trono y llamado por los catalanes "príncipe Jorge", vieron muy reforzado su prestigio personal y su posición política.

Entre los 3.500 efectivos aliados había un cuerpo de infantes de marina catalanes, formado por 300 hombres —catalanes y valencianos— comandados por el general Joan Baptista Basset, que serían los primeros en desembarcar. Tocaron tierra en la parte opuesta a la plaza de Gibraltar, y desde allí forzaron la rendición de la guarnición borbónica hispánica. Desde entonces (1704), la playa en la que desembarcaron es conocida como Catalan Bay.