Tal día como hoy del año 1714, hace 304 años, los somatenes catalanes —voluntarios civiles armados— derrotaban y masacraban, en dos batallas, al ejército borbónico francocastellano. Aquellas batallas se produjeron en el contexto de la Guerra de los Catalanes (1713-1714), que enfrentaba a Catalunya con la Alianza de las dos Coronas. Este conflicto era la continuación de la guerra sucesoria hispánica posterior a la firma del Tratado de Utrecht (1713) —el abandono del candidato Habsburgo y de sus aliados internacionales— y, también, a la declaración de resistencia a ultranza que había proclamado la Junta de Braços —el equivalente en el Parlament— el mismo año.
En Arbúcies (Selva) las fuerzas catalanas tendieron una emboscada a una columna borbónica formada por ochocientos efectivos que desde Hostalric se dirigía a Vic para socorrer a los ejércitos ocupantes hostigados por los somatenes de Osona. Cuando la columna borbónica pasaba por un desfiladero entre el Turó d'en Grau y la riera de Arbúcies, los somatenes los rodearon y abrieron fuego desde todos los lados, y les provocaron más de quinientas bajas. El resto fueron hechos prisioneros y, según algunas fuentes, serían despeñados desde un acantilado como venganza por las palizas, violaciones, mutilaciones y asesinatos que los borbónicos perpetraban sobre la población civil de la parte ocupada del territorio.
En Balsareny (Bages), el mismo día, trescientos fusileros del ejército del Principat comandados por el coronel Joan Vilar i Ferrer y los somatenes del subveguer del Lluçanès y de los bailes de los alrededores derrotaron al regimiento borbónico comandado por el coronel Francisco Laso Palomino, al que causaron, en primera instancia, una docena de bajas. El regimiento de Palomino había ocupado Balsareny tres días antes y había encarcelado a los miembros de la corporación municipal "por razón de no haber llevado el dinero que les tocaba por la contribución que les habían tasado". Antes de rendirse, Palomino habría ordenado incendiar el pueblo.
Palomino fue hecho prisionero dentro de la iglesia. Él y sus oficiales fueron llevados al castillo de Cardona, pero la tropa fue recluida en las montañas de Santa Maria de Merlès (Berguedà). Pocos días después, el general Feliciano de Bracamonte y Rodríguez de las Barillas, mando borbónico en Vic, ordenaba a los regimientos de Dragones y Tercio de Nápoles ocupar y calcinar totalmente Balsareny, Arbúcies y los pueblos osonenses de Espinelves y de Viladrau como represalia. Los somatenes catalanes degollaban a los ochenta prisioneros borbónicos del combate de Balsareny, en un episodio conocido como la masacre de la Serra dels Degollats, como contrarepresalia.