Tal día como hoy del año 1066, hace 958 años, en Pamplona (reino de Pamplona), moría Muniadona Sánchez (Burgos, 995) reina madre de Pamplona por su matrimonio con el difunto rey Sancho Garcés III (de la estirpe real de los Aritza) y condesa titular de Castilla, como sucesora de su hermano García Fernández (de la estirpe condal de los Lara). El condado de Castilla era una marca fronteriza creada por el reino de Pamplona a principios del siglo X, como una expansión hacia el suroeste del condado navarro de Álava (actuales Álava y Vizcaya); pero, enseguida, la estirpe condal de los Lara monopolizó el poder: se transmitían el cargo de forma hereditaria y oscilaban su obediencia entre los reinos de Pamplona y de León.

En 1028, después de la violenta muerte sin descendencia del conde García Fernández a manos de algunos miembros de la familia proleonesa de los Vela, Muniadona —con el apoyo de las armas de Pamplona— había hecho valer su condición de hermana del difunto y había tomado posesión del condado. Pero el año siguiente, en 1029, delegó el gobierno condal a la persona de su segundo hijo Fernando (Pamplona, 1016) que, con el apoyo de las oligarquías indígenas de los territorios de la Bureba, Oca y Burgos, había independizado, de facto, el territorio navarro en el suroeste del Ebro. Cuando se produjo esta situación ya hacía cuarenta y dos años (987) que los condados carolingios catalanes se habían independizado, de facto, del poder central franco.

Con el gobierno de Fernando (1029-1065) el condado de Castilla pasaría a gravitar, definitivamente, en la órbita del reino de León. En 1037 moría de forma repentina y sin descendencia el rey Bermudo III; y las oligarquías leonesas, temerosas de que la monarquía de Pamplona (el hermano mayor de Fernando) aprovechara el vacío de poder para engullir el reino de León, habían coronado a Fernando. De esta forma, el primer conde independiente de Castilla se convertía, también, en rey de León. El condado independiente de Castilla sería transformado en un reino a la muerte de Fernando, que dividió sus dominios entre sus hijos: el primogénito Sancho recibiría el reino de Castilla; el segundo, Alfonso, el reino de León; y el tercero, García, el reino de Galicia.