Tal día como hoy del año 1795, hace 229 años, el carcelero mayor de la prisión del Templo de París declaraba la muerte de Luis Carlos de Borbón, único hijo varón superviviente de los reyes Luis XVI y María Antonieta de Francia y, antes de la proclamación de la República francesa (enero, 1793), considerado el heredero al trono de París. Cuando se declaró aquella muerte, el delfín Luis tenía diez años y ya hacía dos años que sus padres habían sido ejecutados con el método de la guillotina. Según las fuentes oficiales, el delfín murió a causa de la tuberculosis. La autopsia que se le practicó revelaría que sufría una peritonitis tuberculosa, agravada por una fuerte desnutrición y unas pésimas condiciones higiénicas.
Pero el misterio que rodearía su figura se generaría a partir de su muerte. Según algunas fuentes monárquicas clandestinas, fue enterrado en el cementerio de Santa Margarida, en París, en una fosa señalizada, únicamente, con una D de delfín. Pero en cambio, según otras fuentes, no habría muerto en la prisión, sino que habría sido rescatado y ocultado por una familia de Calais, de quien habría tomado un nombre y apellido falsos: Pierre Benoit. Esta versión tuvo mucha aceptación entre los familiares supervivientes de los Borbones guillotinados, Xavier y Carlos de Borbón (hermanos de Luis XVI), que nunca aceptaron el corazón del delfín, extraído durante la autopsia y conservado por el médico Philippe Pelletan, porque no creían en su autenticidad.
Años más tarde (1823) un ingeniero francés llamado Pierre Benoit obtuvo varios cargos en la administración de la recién creada República Argentina. En Buenos Aires se extendió el rumor de que Benoit era, en realidad, el delfín Luis. Este rumor se sostenía sobre varios elementos sin fundamento. Se decía que había pintado tres retratos de tres personajes que correspondían a miembros de la familia real francesa y los había firmado con las iniciales L.C.R.F.P.B. (que se interpretó que significaba Luis Carlos Rey de Francia Pierre Benoit). Incluso se dijo que conservaba oculta la trenza de la reina María Antonieta. Pierre Benoit, el supuesto o no delfín de Francia, moriría envenenado por un médico francés de ideología revolucionaria en 1852.