Tal día como hoy del año 1640, hace 378 años, los Tercios de Castilla que desde 1635 ocupaban militarmente el Principat de Catalunya se entregaban al saqueo y quema de la villa de Santa Coloma de Farners (Selva). La acción represiva estaba motivada por el asesinato de Miquel de Mont-rodon, la primera autoridad policial del régimen hispánico en Catalunya, que había tenido lugar en Santa Coloma de Farners dos semanas antes (30 de abril), en el contexto de la revuelta popular contra los alojamientos forzosos de las tropas hispánicas en las casas de la población civil. El escenario de profunda crisis económica y social y el comportamiento salvaje de los militares hispánicos con la población civil catalana habían provocado una oleada general de indignación y de rechazo contra esta medida.
Al principio de abril de 1640, la villa de Santa Coloma se había negado a alojar la cuota de tropa hispánica que le había impuesto el virrey. En represalia, el virrey Dalmau de Queralt le impuso una nueva cuota, muy superior a la primera, de 1.056 soldados, que superaba en número a la población civil. El día 30 de abril, Mont-rodon se personó en Santa Coloma con un grupo de oficiales reales y profirió insultos y amenazas contra la gente. Mientras estaba en la plaza asignando los alojamientos, un vecino se le enfrentó y Mont-rodon respondió asesinándolo de un tiro en el pecho efectuado a bocajarro. En aquel instante estalló un episodio de violencia que se saldaría con la muerte de Mont-radon y de los oficiales que lo acompañaban, excepto uno, que sería el que informaría de los hechos.
Cuando el virrey hispánico tuvo coneixemen, ordenó que el Tercio de Leonardo Moles —el que habían previsto alojar a la fuerza en Santa Coloma— arrasara la villa. Camino de Santa Coloma arrasaron Riudarenes. Y una vez alcanzada la villa, la encontraron vacía. Solo quedaba la familia del oligarca local Ramon de Farners, que señaló las casas de los líderes de la revuelta. Las tropas hispánicas se entregaron al saqueo, robaron todos los alimentos y objetos de valor que encontraron y quemaron y derribaron las doscientas ochenta y cinco casas de la villa, excepto la del delator. Poco después, la detención en Barcelona de una persona a la que se pretendía vincular con aquellos hechos provocaría el estallido del Corpus de Sangre, que conduciría a la revolución y guerra de los Segadores (1640-1652).