Tal día como hoy del año 1921, hace 100 años, en Cañadón de la Muerte (Patagonia-Argentina); un pelotón del ejército argentino, comandado por el teniente coronel Héctor Varela, fusilaba a un grupo de sesenta trabajadores rurales gauchos en huelga, que habían mantenido un enfrentamiento armado con los soldados en la estación de Jaramillo (Patagonia-Argentina). Según algunos testigos de aquel enfrentamiento, los gauchos se rindieron a cambio de la promesa de que se les respetaría la vida. Pero una vez desarmados, Varela ordenó los fusilamientos. Josep Font, líder de aquella huelga, fue engrillado y trasladado a un paraje solitario llamado Cañadón de la Muerte, donde fue brutalmente agredido antes de ser fusilado.
Según la investigación historiográfica, Josep Font, alias Facón Grande, era catalán o hijo de catalanes. Algunas informaciones apuntan a que su padre era un emigrante catalán y su madre una criolla argentina. Estas informaciones sitúan el nacimiento de Josep en el año 1883 en la ciudad de Concepción (cien kilómetros al norte de Buenos Aires). Pero otras informaciones, afirman que los Font (el padre, la madre y Josep) eran masoveros de ideología carlista y originarios de las comarcas de Lleida que habían emigrado a Argentina en el año 1888, probablemente a causa de la represión política que sufrían. Durante la Tercera Guerra Carlista (1872-1876) los carlistas catalanes habían restaurado la Generalitat (liquidada en 1714), que desde la Seu d'Urgell, había gobernado la zona del país que controlaban.
Josep Font, alias Facón Grande, era considerado un líder entre el colectivo gaucho por su extraordinaria habilidad en la doma de caballos. No obstante, Font no era un asalariado. Durante la década anterior a los hechos había progresado económicamente y se había convertido en un pequeño empresario del transporte. Según el cronista Osvaldo Bayer, Font era "el carrero más respetado por todos los estancieros debido a su honestidad (...) era un buen hombre, recto, humilde, de una palabra (...) una persona decente y querida". Otro testigo de los hechos —el capitán Ayala Torales— relata que en el momento que Font fue fusilado era propietario de cuatro "chatas" (camiones pequeños) y de ochenta caballos "percherones" (de tiro), que usurpó el policía Albornoz, comisario de Jaramillo.