Tal día como hoy del año 1912, hace 112 años, entraba en funcionamiento el Canal de la Izquierda del Ebro, la arteria principal de un sistema de riego formado por más de 100 kilómetros de canalizaciones de agua (canal, acequias principales y acequias secundarias), que transformaría en regadío 12.691 hectáreas de secano riguroso. El canal, propiamente, tiene una longitud de 50 kilómetros. Coge las aguas del río Ebro en el Azud de Xerta y discurre en paralelo al margen izquierdo del río, cruzando los términos municipales de Xerta, Tivenys, Tortosa, L'Aldea, Camarles, L'Ampolla y Deltebre. El canal desagua en el propio río, en su margen izquierdo, cerca de su desembocadura, en los muntells de Tramuntana, en el extremo oriental del hemidelta norte.
La historia de esa obra empezó cinco años antes. El 18 de junio de 1907, en Tortosa, se había reunido la primera Junta General de la Comunidad de Regantes, que aprobaría las ordenanzas, el reglamento y el primer gobierno de esa nueva institución. Esa Junta primigenia estaba formada por los principales propietarios de las tierras beneficiarias de esa obra: 99 propietarios que reunían unas 17.000 hectáreas, y eligió como presidente al abogado y político Josep Cañé Baulenas. Los propietarios que formaban esa primera junta hipotecaron la totalidad de sus patrimonios para contratar la adjudicación de las obras. El 30 de marzo de 1908, la Junta contrataba la ejecución de las obras por un importe de 17 millones de pesetas (el equivalente actual a 200 millones de euros).
Las obras se iniciaban el 22 de octubre de 1907, de acuerdo con el proyecto redactado por el ingeniero Rafael Izquierdo Jáuregui. En el transcurso de las décadas posteriores, se ampliaría la red de acequias secundarias hasta alcanzar la totalidad de la actual zona irrigada. La red de riego del Canal de la Izquierda del Ebro representaría un salto sustancial de las economías locales de su zona de influencia. Con la llegada del agua a las fincas, los tradicionales cultivos de secano (olivo, cereal) serían sustituidos por cultivos de regadío (hortaliza, forrajes, árboles de fruta dulce y arrozales), que incrementarían notablemente el rendimiento de la actividad agraria de la zona. Actualmente, reúne a una comunidad de más de 4.300 familias campesinas.