Tal día como hoy del año 1898, hace 126 años, la dotación del crucero USS Charleston de la Armada de Estados Unidos, comandada por el capitán Henry Glass, desembarcaba en Agaña, capital de la colonia española de Guam —en el océano Pacífico— y lo ocupaba sin resistencia. Según las fuentes documentales, la isla solo estaba defendida por un cañón, que no realizó ni un solo disparo. El capitán Glass ocupó la sede del gobierno colonial sin disparar ni un solo tiro e hizo prisionero al gobernador español, el abogado y político conservador Juan Marina Muñoz. Por ello, Glass es considerado el primer gobernador estadounidense de la isla de Guam

Acto seguido, el capitán Glass y la dotación del USS Charleston plantaron la bandera estadounidense en la casa del gobernador, y de este modo tomaban posesión, formalmente, de la isla de Guam en nombre de Estados Unidos. Durante los dos días siguientes (22 y 23 de junio), el capitán Glass y una pequeña fuerza expedicionaria recorrieron la isla sin encontrar ningún núcleo de resistencia. Los escasos hacendados coloniales se rindieron sin oponer ninguna resistencia. Y los indígenas de la isla (llamados despectivamente "chamorros" por los españoles) no solo no opusieron ninguna resistencia, sino que se posicionaron, de inmediato, del lado de la nueva administración.

La conquista norteamericana de Guam formaba parte de un plan expansivo de la administración de Washington (en ese momento presidida por el republicano William McKinley) que consistía en ocupar las últimas colonias españolas de ultramar. Aquella operación militar se efectuó en el contexto de la III Guerra de Cuba (1895-1898). Un mes antes (Cavite, Filipinas, 1 de mayo de 1898), la armada estadounidense había destruido la flota española del Pacífico. Y al día siguiente de Guam (22 de junio de 1898), los estadounidenses desembarcaban en la playa cubana de Daiquiri con una fuerza de 6.000 marines y se ponían del lado del ejército independentista cubano.

Tras la decisiva batalla naval de Santiago de Cuba (3 de julio de 1898), en el transcurso de la cual la armada estadounidense hundió toda la flota española del Caribe, Madrid aceptó la rendición. En las posteriores negociaciones de París (10 de diciembre de 1898), el Gobierno del liberal Práxedes Mateo Sagasta, firmaba la transferencia del dominio de las antiguas colonias de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam a Estados Unidos. Cuba se independizaría en 1904 y Filipinas en 1946. En cambio, Puerto Rico y Guam siguen vinculadas a Washington, respectivamente como Estado Libre Asociado y como Territorio no incorporado pendiente de descolonización.