Tal día como hoy del año 1707, hace 318 años, y en el contexto de la guerra de Sucesión hispánica, las tropas borbónicas, comandadas por Claude François Bidal, marqués de Asfeld —que había dirigido la masacre de Xàtiva—, ocupaban la ciudad. La ocupación de València no supuso únicamente la captura de la ciudad más poblada del país, sino también la pérdida de todas las instituciones de gobierno valencianas (el Consell Municipal de la capital —el gobierno de la ciudad que había inspirado a los Furs o Carta Magna valenciana— y la Generalitat —el gobierno y las Corts permanentes del país, el equivalente al Parlament actual—), que serían derogadas y suplantadas por organismos de fábrica castellana, ausentes de tradición en el País Valencià, y controlados y provistos directamente por la cancillería borbónica de Madrid.

Unas semanas más tarde (29 de junio de 1707), el rey Felipe V —el primer Borbón en el trono hispánico— ordenaría, formalmente, la liquidación del régimen foral valenciano (el autogobierno), que se remontaba a la época de la conquista de Jaime I (principios del siglo XIII). Y, también, ordenó quemar todas las señeras reales que ondeaban en la ciudad y picar todos los escudos esculpidos en las paredes de las puertas de la muralla y de los edificios públicos de la ciudad —civiles y militares— que contenían las barras de sangre. Felipe V proclamó “hay que borrar todo signo del pasado, para que olviden que un día fueron valencianos y para que olviden que un día fueron libres”. El País Valencià no recuperaría su autogobierno hasta 271 años después, cuando el 10 de abril de 1978 se constituyó el Consell del País Valencià o Generalitat provisional valenciana.